El Miedo


Las farolas que nos alumbran corren peligro.

Mi soledad se siente acompañada,
por eso a veces sé que necesito
tu mano.

[Yolanda, Pablo Milanés]

Nos aturden toneladas de noticias que, por aplastante exceso, terminan por desnortar la esencia de su sentido. Queremos repasar toda la actualidad mirando la web de un digital y, al terminar y llegar a los créditos del pie, ni nos acordamos de las tres noticias más relevantes del día. Peor todavía en redes sociales como twitter donde los fogonazos son tan impactantes que ya nada impacta y, a la postre, ni nos preocupamos en sospechar la tendencia de la mayor (por algún trastorno no identificado guardo con mimo likes y retuits para revisarlos de forma periódica, dicen mucho de cada uno de nosotros). Y así, el tiempo va creando una masa informe y gris de información inútil y olvidadiza.

No obstante, a poco que uno levante el pie del acelerador, se perciben derroteros nítidos, y deprimentes. Resulta ya inevitable admitir que hemos asistido -impertérritos- a la liquidación de la moderación política y social. Queda fuera de juego todo aquel que prefiera argumentar a lanzar consignas, todo aquel que renuncie a manipular de forma interesada las emociones de los ciudadanos, todo aquel que tenga dudas en sus convicciones, todo aquel que cuestione la disciplina cada vez más encorsetada de los partidos, todo aquel que mezcle opiniones de distintos sectores para conformar su criterio propio, todo aquel, en definitiva, que no sea amigo del populismo y la demagogia.

El perfil del político que se abre paso se caracteriza generalmente por hacer declaraciones broncas que puedan sonsacar la aprobación de los suyos en un corte de vídeo o audio de menos de un minuto; a ser posible con carga emocional y exprimiendo comparaciones poco fundadas pero de impacto mediático. Así, de esta forma, se alimenta una polarización cada día más nítida que hace las delicias de aquellos políticos que convierten odios comunes en simpatías personales. Pablo Iglesias o Santiago Abascal son maestros en esta no muy digna materia, y lo peor es que ambos son muy inteligentes, aunque su inteligencia esté al servicio de intereses menos éticos. A Pablo Casado, al contrario, le cuesta jugar al trending topic porque sus discursos son habitualmente elaborados y serios, con contenido y fondo; y a ver quién se detiene a analizar declaraciones completas pudiendo valorar treinta segundos. La exposición mediática es tan abrumadora que todos los argumentarios quedan sepultados bajo la losa de una frase ingeniosa. Detrás de la inmediatez y el mensaje de azucarillo, a ser posible radical, solo queda el oasis de horror.

Que el odio y el enfrentamiento visceral cada vez tengan más prestigio da miedo, y el miedo es el ingrediente mágico del cóctel del desastre. Manifestaciones multitudinarias alentadas por mensajes de odio, derribo de estatuas y anulación de homenajes del pasado que cuestionamos con una superioridad moral inaudita y terrible, banalización de las vidas perdidas y sepultadas bajo manifiestos intereses políticos, infantilización de las instituciones mediante leyes improvisadas y publicidad institucional sesgada de forma vergonzante, manipulación de medios de comunicación tanto públicos como privados ya sin ningún tipo de pudor, gobernantes mentirosos compulsivos como Pedro Sánchez o hipócritas interesados como García-Page, aficiones encantadas de enarbolar su bandera sin ambages y en consecuencia sin ningún interés en depurar una opinión propia. El periodista David Jiménez ha tratado este tema con buen ojo en el artículo de opinión Cómo derrotar al odio publicado esta semana en The New York Times.

Cuando gente como Borja Sémper o Eduardo Madina argumentan su decisión de abandonar la política se les entiende sin necesidad de abrir la boca. No valoramos que sean mejores o peores políticos, solo su sentimiento de desorientación y rendición. Lo difícil, sin embargo, es aguantar y torcer siquiera un grado el ángulo de la tendencia al abismo. Aunque estemos en la línea del fuera de juego y sean muchas toneladas de tren imparable.

Abubilla Atropellada


Biodiversidad: tordos y antenas.

Los que no participan de las injusticias,
no miran a otro lado.
Los que no se acomodan,
los que riegan siempre su raíz.

[Girasoles, Rozalén]

A la vuelta de Briones nos acompañó la abubilla revoloteando entre las carrascas de las lindes. A tus impacientes llamadas ella contestaba con su u-pu-pu u-pu-pu mientras atravesábamos raudos y prisa-prisa con la bici eña el camino repleto de «margaritas metepatas» que sembraron a conciencia tus tíos antes del encierro y que ahora florecen entre las rodaduras de tierra. Distingues los pinos de las carrascas, señalas el cereal granado diciendo «cerveza, pan, galletas, espaguetis» y las cepas de las viñas identificando «uvas y vino para papá». Nunca cazas con la vista los lagartos ocelados que atraviesan las pistas porque andas con la mirada perdida calculando los huevos de las gallinas que cogiste ayer y soñamos con ver juntos un jabalí huidizo o un elegante corzo que, de momento, nos son esquivos. Se supone que el pueblo está hecho a la medida del hombre y la ciudad a la medida del producto, del número, detalle que ignoramos porque no necesitamos etiquetar ni, por supuesto, desdeñar diferencias más allá de bendecir la posibilidad de elección. Para qué preocuparnos por intangibles pudiendo centrarnos en que Sesar nos traiga un árbol de piruletas de chocolate de Tarancón y plantarlo en la parcela de los pinos y que agarre bien y tener, de cara al otoño, buena cosecha de piruletas de chocolate.

El mundo es cada vez más piramidal y más líquido y más frágil, menos atractivo. Y mientras miserablemente se están los otros abrazando con sed insacïable del peligroso mando, tendidos a la sombra estemos cantando y merendando sandía con fanta de río. Ahora ya es tarde, demasiadas carencias en filosofía para aprender a pensar y demasiadas carencias en matemáticas para aprender a investigar. Demasiados escrúpulos para profesionalizar la instigación y demasiados frentes abiertos para abordar el objetivo de guerra a pecho descubierto.

El viernes en la carretera detecté una abubilla atropellada en el asfalto, supongo que no era la que nos acompañó en nuestro paseo en bici.

El Gigante Enterrado


Gigante.

No hay canciones en la radio que hablen de lo que soñamos.
No hay futuro, ya ha pasado,
El presente no se ve…
Nunca vamos a volver.

[Nómadas, La Maravillosa Orquesta del Alcohol]

Me lo recomendó el mismo cura que me dio a conocer a Sándor Márai: El Gigante Enterrado, de Kazuo Ishiguro. Me lo apunté en «la» nota del móvil porque prometía y lo que no apunto se pierde en la niebla, y lo que se diluye en la niebla no sabemos si es bueno o si es malo o merecía la pena. Ishiguro, británico de origen japonés, reciente premio Nobel en 2017, editado en los Compactos de Anagrama, aventuras épicas, historia medieval, razones suficientes para abrir el apetito.

Cuando terminas de leerlo sabes que es uno de esos libros que siempre te van a acompañar. Ni siquiera tienes fuerzas para esbozar una síntesis del argumento, que en realidad se reduce a una historia lineal del viaje de un viejo matrimonio britano en busca de su hijo ambientado en la Inglaterra medieval. Como en cualquier viaje, Axl y Beatrice se tropiezan con aventuras y personajes que van hilvanando una trama inolvidable.

La prosa es sencilla y poco dada a la floritura, paradójicamente poco épica para un libro de aventuras. Las descripciones se caracterizan por su sobriedad, como si el autor quisiese despojarse de todo lo innecesario para que el lector se centre en lo esencial, ¡y la esencia es tanta! Se podría decir que tiene tono de fábula pero soy reacio al moralismo. Ishiguro nos habla del amor eterno de una vida de matrimonio, del necesario olvido, de los odios enterrados que pueden prender en cualquier momento inesperado para desatar guerras, de buscar un sentido a la vida a través de una misión concreta, de los miedos a lo que no se conoce y cómo les damos forma, de rendir cuentas sobre lo vivido antes del final, y del dragón hembra Querig que marca su territorio desde su atalaya en la montaña.

Emosido Engañado


Atardecer en La Poveda.

Yo soy todo lo que quieres
cuando todo lo que tienes
no te basta.

[Joana, Xoel López]

Stefan Zweig era buena gente, digo yo. Nacer en una familia rica siempre te da facilidades para ser buena gente, e incluso para tener preocupaciones tan atractivas como coleccionar incunables o no perderte ningún estreno musical en tu ciudad. Y si tu ciudad es Viena a principios del s. XX, cima de la música y la cultura y el teatro, entonces eres uno de los seres más afortunados del mundo. Incluso si viene una guerra mundial siempre tendrás opciones de salvoconducto para camuflarte en Suiza, volar a Gran Bretaña o, en última instancia, refugiarte en Brasil. Te puedes permitir el privilegio de ser amable y caritativo, de ser buen amigo de amigos como Rilke y, si eres tan inteligente como Stefan, de mostrarte como un visionario ante la compleja perspectiva social que produce un giro político desordenado. Al final puede traicionarte o la sensibilidad o el miedo.

El día que supe que Stefan Zweig se había suicidado en 1942 junto a su esposa en Brasil por temor a que el nazismo se extendiese por todo el mundo se me derrumbó un mito. Puedes ser ejemplar toda tu vida y que tu obra te avale como indispensable pero no pidas que tenga fe en ti. Su nota de suicidio: «creo que es mejor finalizar en un buen momento y de pie una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro y la libertad personal el bien más preciado sobre la Tierra». Dicho de otro modo: me gusta escribir y adoro la libertad pero el miedo a Hitler es más grande que la literatura más la libertad más el miedo a la muerte.

También está Roberto Bolaño, pobre de misericordia, emigrante desamparado. Tuvo que pasar hambre fijo. Su bibliografía está jalonada de pobres, de putas, de gente que hace lo que puede por sobrevivir, para sobrevivir, de gente como Lorenzo, «es difícil ser artista en el tercer mundo si uno es pobre, no tiene brazos y encima es marica» o como Hans Reiter, que «no parecía un niño sino un alga». Él mismo trabajó en lo que pudo para subsistir, lavaplatos, vendimiador, mucho tiempo como vigilante nocturno en el camping Stella Maris. Había épocas en las que se le acumulaban los cafés a crédito en su cafetería habitual de Blanes; no tener para pagar un café es un listón bajo. Su vida y su libertad estaban por encima del dinero, por simplificar. Podríamos interpretar de algunos de sus textos que desdeñaba el dinero, su órbita giraba en torno a la poesía, sentido y sensibilidad. Hasta que nacen sus hijos y entonces sabe que con la poesía no va a poder comer pero con la prosa quizá sí.

Y hete aquí que se va a morir de insuficiencia hepática y, antes de que arrojen al Mediterráneo sus cenizas, deja dispuesto que 2666 se publique en cinco tomos diferentes para poder garantizar la solvencia financiera de sus dos hijos, Lautaro y Alexandra, ad aeternum. No tienes para pagar un café esta tarde pero quieres asegurarte de que tu hija pueda remodelar la cocina dentro de treinta años.

También está el húngaro Sándor Márai, descendiente de una familia acomodada de origen sajón que pudo disfrutar de viajes de juventud por Europa. Una vida de éxito literario al nivel de Stefan Zweig y respeto social que termina como emigrante en California. Un humanista que se suicida con 88 años: se pega un tiro en la cabeza a los 88 tacos. La soledad como catalizador de la muerte. Joder, que nos hablaste de cosas bonitas en muchas de tus novelas, que fuiste un referente en los asuntos de importancia, que te leímos en casa durante una época con fervor, y al final te rindes.

Emosido Engañado. En el momento de la verdad, parece, el miedo vence al amor, el dinero vence a la literatura, la soledad vence a la amistad. Convivimos con la decepción. Presté mi coche y me lo devolvieron con gasoil bonificado y muchos kilómetros. Confié en la oposición y me colaron un gancho. Pasé apuntes en la universidad y el viernes que la resaca me jodió la mañana nadie se levantó a cogerme el testigo. Presté dinero y se evaporó. La lealtad me la devolvieron con marginación y los favores con traiciones. Pero seguiremos siendo antes ilusos que desconfiados.

Sin Rechistar III


Ayuso, emocionada, en el funeral por las víctimas del 26 de abril.

Cuando al fin se termine,
y sé que terminará,
tal vez podamos mirarnos
sin llegarnos a odiar.

[Después de Todo, La Buena Vida]

Esto sigue de aquí y de aquí:

15A, miércoles, Toledo – Declaraciones de Page en Cuatro. Primero cargó contra la comunidad educativa, después contra los sanitarios y ahora le toca el turno a las residencias de mayores: «el problema no son las residencias. En la residencias no están las personas válidas que pueden bailar o que cantan por la noche. En las residencias está la gente que está muy malita, la gente que tiene 80 y 90 años, gente que en condiciones normales una gripe la hubiera hecho fallecer».

16A, jueves, RTVE – El programa educativo «Aprendemos en casa» incluye un vídeo que utiliza algunas declaraciones de Rajoy como ejemplo de «incoherencia lingüística». Horas después el ministerio de Educación publica que se trata de un «error involuntario» y pide disculpas. RTVE cesa al responsable del programa educativo. Incluso trabajadores respetados de la casa como Carlos Franganillo lo definen: «esto no tiene un pase, lamentable».

16A, jueves, Moncloa – Se anuncia la aprobación de la «renta vital mínima», caballo de batalla de Unidas Podemos. La situación de muchas familias es preocupante, y la expectativa de futuro negra. El PSOE publica que «supondrá un aumento de deuda pública y financiaremos en mercados de deuda». Poco después Bruselas corrige el déficit público español de 2019, cuando no había coronavirus, y lo eleva en 2.350 millones de euros, hasta el 2,82%.

17A, viernes, Madrid – Rita Maestre muestra un apoyo incondicional a Martínez-Almeida en el pleno municipal, apoyo que se hace viral: «partimos de la confianza sincera en que queréis acabar con la crisis cuanto antes y el alcalde está comprometido con reducir el dolor de la pandemia en su ciudad, y esa es una confianza sincera que tenemos los 19 concejales de Más Madrid, y por eso nuestro apoyo a las medidas que vayáis tomando será total».

17A, viernes, Madrid – El Ministerio de Sanidad ordena la retirada de las mascarillas Garry Galaxy FFP2 (bolsa verde) dado que se comprueba que su filtro dura 3 minutos. Se descubre el fallo por la denuncia de un sanitario en un hospital catalán, lo que obligó a comprobar su validez. El ministerio sin embargo publica que «han sido analizadas a petición nuestra» porque, al fin y al cabo, quién se va a preocupar de desmentirlo.

18A, sábado, Moncloa – Comparece Pedro Sánchez: cero autocrítica, nivel de soberbia inmutable. Abandono en las respuestas a las preguntas de los periodistas porque las evade todas. El hashtag «SanchezVeteYa» se convierte en trending topic a nivel mundial. Al día siguiente «IglesiasVeteYa» también alcanza popularidad en todo el globo.

19A, domingo, Moncloa – El general jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, dice en rueda de prensa que la Guardia Civil «está trabajando en minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno». Así, sin pan ni nada. Por la tarde sale Marlaska a decir que ha sido «un lapsus». No cuela. Días después el Gobierno decide retirar de las ruedas de prensa a los representantes de las FCSE.

20A, lunes, Cuenca – Publicamos un artículo de opinión: «Construyendo la lealtad en tiempos de pandemia». Qué obligación de información y comunicación debe rendir el Gobierno si aspira a reclamar unidad y lealtad a la oposición.

20A, lunes, Madrid – La Cadena Ser publica que el 15 de abril se envió un mail a diferentes comandancias de la Guardia Civil para identificar noticias falsas «susceptibles de provocar estrés social y desafección a instituciones del Gobierno». Se supone que la Unidad de Coordinación de Ciberseguridad entiende «desinformación» como «el conjunto de publicaciones en internet de noticias falsas, medias verdades o información altamente subjetiva presentada como objetiva, con una finalidad desestabilizadora, de polarización de la opinión pública en asuntos de interés general, o de estrés social, quebrando la confianza en los poderes y representantes públicos». Así pues parece que el Gobierno quiere dibujar lo que es una «media verdad» y un comentario «subjetivo».

21A, martes, RTVE – Entrevista a Isabel Celaá, ministra de educación, en Los Desayunos de TVE: «no podemos aceptar que haya mensajes negativos, mensajes falsos en definitiva». ¿Es necesariamente un mensaje negativo acerca de la gestión de la pandemia un mensaje falso?

21A, martes, Moncloa – En la rueda de prensa del día se anuncia que a partir del 26 de abril los niños podrán salir de casa. Pero no a dar un paseo o la vuelta a la manzana, sino a acompañar a un adulto en lo que tiene permitido: ir a comprar, al banco, a la farmacia. Damos por hecho que rectificarán antes de que entre en vigor pero la duda es evidente: si en un asunto tan sencillo y acotado dan también tantos palos de ciego, ¿podremos confiar el liderazgo en este equipo?

21A, martes, Villaescusa de Haro – Recibimos una bolsa con material sanitario y una pegatina con los tres logos: Diputación de Cuenca, Junta de Comunidades y Subdelegación del Gobierno. Un puñado de mascarillas, un bote de gel, dos sobres de guantes, cinco batas desechables y unas viseras caseras. Migajas después de semanas sin noticias de la administración. ¿Y quién lo ha pagado? Indagaremos pero sospechamos que la Diputación para tapar la incapacidad económica y operativa de las dos principales responsables. Grupos socialistas de diversos municipios presumen de la colaboración institucional para «apuntarse el tanto». No sé qué gol se celebra con un puñado de mascarillas.

22A, miércoles, Madrid – Isa Serra, diputada autonómica de Unidas Podemos, es condenada a 19 meses de cárcel, multa e inhabilitación. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) la condena por los delitos de atentado, lesiones leves y daños. La líder de Podemos fue acusada de estos delitos mientras participaba en la protesta por un desahucio en el centro de Madrid en 2014. Raudos Echenique, Yolanda Díaz e Iglesias a defender a la condenada y a poner en entredicho a la justicia. El CGPJ publica un comunicado insistiendo en la independencia judicial y rigor, comunicado tildado por Iglesias como «ilegítimo». Mientras, Sánchez calla, agacha la cabeza y asiente.

22A, miércoles, Congreso – Sesión de control incómoda para Sánchez, incluso Rufián le dice que su abstención es más un «no» que una abstención como toque de atención. El Gobierno sigue sin decretar luto oficial por soberbia. Se aprueba la ampliación del estado de alarma otras dos semanas, hasta el 9 de mayo.

22A, miércoles, Toledo – Se publica un estudio del Consejo General de Enfermería con conclusiones contundentes: España es el país del mundo con mayor número de contagiados y Castilla-La Mancha la autonomía con mayor número de positivos de sanitarios entre las comunidades autónomas.

23A, jueves, Villaescusa de Haro – Recibimos un pedido con 250 mascarillas quirúrgicas. Ayer miércoles se publicó el RD 15/2020 que indica la exención del IVA para adquisición de material sanitario por parte de entidades de derecho público. Hoy se publican en el BOE los precios máximos para algunos productos: mascarillas quirúrgicas 0,96 €/ud y un litro de hidrogel 15 €. Indignación de los farmacéuticos que tendrán que vender por debajo del precio de coste el stock disponible (paradoja ilegal) mientras imploran que el mercado se regule con el paso de los días.

24A, viernes, Washington – Donald Trump propone inyectar desinfectante y exponer a la luz solar a los contagiados por coronavirus. En pocas horas se producen decenas de consultas e intoxicaciones por ingesta de lejía y otros desinfectantes en Nueva York.

25A, sábado, Pyongyang – Crecen los rumores sobre el fallecimiento de Kim Jong-un, el excéntrico dictador norcoreano, aunque no hay confirmación oficial.

25A, sábado, Moncloa – Nueva comparecencia semanal de Pedro Sánchez. La referencia a los Pactos de la Moncloa desaparece del discurso e informa que desde el siguiente fin de semana, 2 de mayo, se permitirá hacer deporte individual y salir a pasear con los compañeros de convivencia si la progresión positiva se mantiene. Seis semanas después lo sigo escuchando entre escéptico y hastiado con un toque de masoquismo de fin de semana. Más de 23 mil muertos.

Construyendo la lealtad en tiempo de pandemia

[Publicado el 20 de abril de 2020]

El Joker, en un interrogatorio policial en una de sus últimas películas, le dice a Batman: “you complete me” (“tú me completas”). Así, la némesis de Batman quiere ilustrar en solo tres palabras el sentimiento de la necesidad mutua entre ambos para construir la dimensión de su realidad. De forma análoga, cualquier Gobierno necesita a la oposición: cuanto más acertado sea el control de la segunda tanto más se motivará al primero “a ser mejor”, y viceversa.

Si bien la fiscalización de la labor de Gobierno recae en las Cortes -según proceda, en el Congreso de los Diputados, el Senado, las Cortes regionales, etc.- usamos por síntesis pragmática el concepto de “oposición” para hacer referencia a las funciones de control que llevan a cabo los representantes políticos cuya afiliación no forma parte de los gobiernos. La labor de la oposición, mediáticamente ingrata, incluye la ya citada fiscalización, la supervisión informativa y la proposición constructiva, si bien dichas propuestas suelen desdeñarse en exclusiva por orgullo y soberbia; como muestra, un botón: el rechazo de Sánchez a decretar luto oficial o de Page a respetar el cierre de la actividad presencial en la UCLM decretado por el Rector. En el contexto actual parece trivial identificar falta de cooperación de diferentes gobiernos en detalles tan evidentes como facilitar información acerca de la empresa y/o intermediario que vendió los tests de detección fallidos al Gobierno o acerca de la composición de los miembros del comité nacional de expertos contra la pandemia.

En ciertos foros se denigra de forma pueril a la oposición por, precisamente, llevar a cabo su labor. Solo una sociedad que rehuye sus propias responsabilidades y polariza la opinión puede escandalizarse de que el político asuma su cometido. Pero no debe olvidarse que la capacidad de engendrar crispación puede nacer en el seno de los propios gobiernos con portavoces como Adriana Lastra o Pablo Echenique, paradigma de incubadoras de crispación que se manifiestan desde la expresión facial para acabar vomitando en las cloacas de twitter.

Hay dos premisas tan elementales que casi sonroja tener que recordarlas: una, que todos somos humanos y por tanto cometemos errores que tenemos que reconocer y, dos, que todos estamos comprometidos con el objetivo común de escapar de la pandemia en el menor tiempo posible y con los menores daños humanos, sociales y económicos. Partiendo de ahí, y con autocrítica y sensibilidad, no parece descabellado pensar en la posibilidad de encontrar la confluencia en el camino.

Sin embargo, los diferentes gobiernos deben esquivar la tentación de reclamar unidad, lealtad y compromiso sin cumplir con sus correspondientes obligaciones. La obligación primordial consiste en proporcionar información de forma honesta, continua y transparente a la oposición y a la opinión pública. Porque la oposición puede admitir decisiones que se toman con carácter de urgencia y buena intención, y callar su discrepancia, pero no puede ser connivente ante la carencia o uso interesado de la información a la ciudadanía.

Se ha difundido entre vítores el apoyo explícito de Rita Maestre y Más Madrid al alcalde de su ciudad, Martínez-Almeida, pero no trasciende que ese apoyo está fundado en la confianza que ha generado el alcalde en la oposición por facilitar una comunicación fluida con el resto de fuerzas políticas durante todo este periodo. No parece de recibo, por contra, que el Gobierno central active mecanismos para controlar la difusión de la información “monitorizando las redes sociales”, se parapete en el estado de alarma para aparcar la ley de transparencia y de publicidad de la contratación pública y, en última instancia, no responda con claridad a las preguntas que lanzan los periodistas en las comparecencias diarias de los representantes del Gobierno. Este “modus operandi” de transparencia dudosa y comunicación escasa puede extrapolarse a las Cortes regionales de Castilla-La Mancha, cuya actividad fue suspendida hace semanas por Page para no rendir cuentas, y a la Diputación de Cuenca, cuya comunicación se publica con cuentagotas.

No nace esta opinión con la aspiración de criticar con alevosía a Sánchez, Page o Chana, cuya gestión será evaluada por la ciudadanía cuando proceda, ni tampoco con el objetivo de publicitar el compromiso institucional que desde el primer momento hemos manifestado y demostrado como oposición, sino como recordatorio a aquellos que ostentan la responsabilidad de gobernar de que la lealtad institucional requiere información y comunicación para que no se derrumbe como un castillo en el aire. Por el bien de todos contra el enemigo común.