Bolaño y Saint-Exupéry en Oreto


La decantación de cuatro años.

Hoy nadie te va a perdonar
ni los tuyos, ni los haters;
hueles el impacto,
bienvenidos a la era digital.

[Como si fueras a morir mañana, Leiva]

Toda farsa tiene un final abrupto y trágico. La farsa era la perspectiva de futuro o la aspiración, al menos, a un porvenir laboral estable. El final abrupto, el 7 de junio de 2011, día de la defensa de la tesis doctoral. Hoy, el décimo aniversario de aquel punto y final. No recuerdo ni siquiera el título, se van quedando muchas vidas perdidas en el camino, posiblemente mejores si acaso lo mejor y lo peor fuesen conceptos cuantificables. Sí recuerdo, en cambio, que después de invitar a cenar al tribunal -me habían puesto un cum laude precisamente para que el restaurante fuese bueno, o al revés- tomé un gintonic de Martin Miller’s con Fever Tree. Y me acuerdo porque estaba acostumbrado al Larios en vaso de plástico y, entre el salto cualitativo y las circunstancias, me supo a gloria. El olor a victoria, supongo. El día después de presentar el proyecto final de carrera compré un billete para volar a Cagliari y el día después de defender la tesis doctoral me inscribí en twitter, qué triste evolución. Aquel día se cerraba una etapa que había iniciado diez años atrás, en septiembre de 2001, cuando volé del nido familiar, ilusionado y timorato, para estudiar en la universidad. Aquel 7 de junio cerró el círculo de la EPSA de Albacete, la ESI de Ciudad Real, la José Maestro, la Erasmus en Udine, el proyecto Hesperia, la investigación en Oreto y los jueves por la tarde que eran viernes por la mañana.

Si esta entrada se titula así es porque esta mañana he revisado el libro y he recordado que venía introducido por dos citas de sendos maestros de la literatura. Hoy podría volver a usarlos pero en otras perspectivas porque Bolaño ahora no habla de libros de geometría a la intemperie sino de oasis de horror en desiertos de aburrimiento y Saint-Exupéry no me habla de la satisfacción del trabajo sino de que me había nutrido para vivir, había vivido para conquistar, y había conquistado para retornar y meditar y sentir mi corazón más vasto en el reposo de mi silencio.

Releo los agradecimientos y podría querer borrar nombres. Qué suerte que el pasado quede petrificado aunque algunos se empeñen en zarandearlo para que caiga la fruta de la mirada interesada. Valorar lo que se perdió y agradecer lo que se vivió, si es que se puede recordar a la carta. Siento que la memoria quedó atrapada en aquella década por interés propio, y no podría reprocharle su ansia de bienestar.

No parece mal logro para un tecnófobo que tiembla cada vez que hay que sintonizar la tele y no sabe instalar el Office lo de defender con éxito una tesis doctoral. Quizá esté relacionado con esa hipótesis de William James según la cual es más fácil ir a la guerra que dejar de fumar.

Preámbulo a las instrucciones para encender un iPhone

Piensa en esto: cuando te regalan un iPhone te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire, un distintivo de ostentación y exclusividad. No te dan solamente el teléfono, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de Apple, ensamblado con los mejores materiales; no te regalan solamente ese menudo dispositivo que te meterás en el bolsillo y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo o a tu bolsillo casi como un órgano transplantado a tu organismo. Te regalan la necesidad de contestar a montones de llamadas inoportunas, la obligación de cargarlo para que siga siendo un teléfono móvil; te regalan la obsesión de atender de forma instantánea montones de correos electrónicos y mensajes de WhatsApp, la obligación de hacer fotos y vídeos más llamativos que con tu humilde móvil anterior. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa, de ver su pantalla estallar en mil trocitos de cristal. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu móvil con los demás móviles. No te regalan un teléfono, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del iPhone.

Formateando…

Algo se muere en el alma cuando un disco duro se va. Se rompa físicamente el lector o se enrede de forma anómala el sistema de ficheros, la pérdida de tantos y tantos ficheros personales de un disco duro siempre supone un trauma. Al menos a mí. Y volvió a suceder hace poco tiempo. Ninguna de las opciones conocidas de rescate funcionó, hubo que empezar de cero. Y mientras la barra de progreso de la re-instalación iba avanzando, me embargaba un sentimiento de temor ante lo perdido, una especie de miedo al futuro próximo en el que fuese a echar mano de un documento desaparecido en la maraña de bits. No es que te duela algo, pero tienes miedo porque sabes que te va a doler en breve. Algo así como una pre-preocupación. Y sin embargo, fueron pasando los días y ese temor fue decayendo hasta que me di cuenta de qué pocas cosas necesitamos y cuántas guardamos.

Cuando uno pierde el móvil, sobre todo cuando no había tanta sincronización de datos, la agenda le preocupa más que el propio dispositivo. Se apura a comunicar a todos sus conocidos que requiere sus números porque los ha perdido y teme no tener a quién llamar (sic) o desconocer quién le llama. Ese paso no es necesario porque la inercia te lleva a recopilar en breve los teléfonos que realmente te interesan, que son los que «te usan». Y a la larga siempre tendrás un amigo que tenga el teléfono de otro que necesites, así que no debería suponer ningún trauma perder la agenda telefónica.

¿Qué nos es imprescindible? Ponte a sumar y restas todo. Las fotos imprescindibles de nuestra vida al final no las volvemos a ver salvo por tropiezo, la pulsera que nos regaló nuestro mejor amigo en la feria del pueblo vecino a los catorce años ni siquiera recordamos de qué color era, nuestra chica de juventud la recordamos con frecuencia, pero como si hubiese pertenecido a otra vida (ni que hubiésemos tenido otra). Hay gente que no sé para qué querrá tantos menús de boda y comunión, tantos programas de las fiestas patronales, tantos muñecos de peluche, tantos novios en otras vidas.

En realidad es más sano reiniciar, limpiar la memoria volátil, conservar en el disco rígido sólo lo necesario (que no es lo más importante), evitar información nociva y aligerar procesos redundantes u obsoletos. Sólo formateando y empezando de cero se puede conseguir huir de hábitos adheridos a rutinas viciadas y reconfigurar de inicio nuestra imagen.

Formatting process… 87% completed

P.S. Sí, todos sabemos lo que es un backup, ¿y qué? También sabemos que tenemos que comer manzanas y judías verdes pero pedimos hamburguesas y vino.

Un hombre a una máquina pegado

Richard M. Stallman en el Paraninfo de la UCLM
Richard M. Stallman en el Paraninfo de la UCLM (marzo 2011).

Richard M. Stallman, el excéntrico fundador del software libre y GNU, visitó Ciudad Real el miércoles para dar una conferencia multitudinaria en la que defendió sus tesis acerca del software y la libertad. De una forma amena y sencilla explicó a las más de mil personas que abarrotaban en Paraninfo de la UCLM en qué consiste eso del software libre y cómo las empresas de software privativo coartan nuestra libertad individual. En cualquier rincón de la Red se puede encontrar algún vídeo con sus conferencias, por ejemplo, esta que impartió en la Universidad Politécnica de Madrid hace tres años.

¿Y qué es eso del software libre? A grandes rasgos, y utilizando una célebre cita de George Bernard Shaw, se puede resumir en que «si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana y las intercambiamos, entonces ambos aún tendremos una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo otra idea y las intercambiamos, entonces ambos tendremos dos ideas.» En ese ámbito de cooperación se mueve el software libre dado que permite realizar copias de los programas y distribuirlas, así como fomenta la libre modificación del código fuente de los programas y su posterior redistribución.

Sin embargo, las empresas que apuestan por el software privativo (Apple, Microsoft, Oracle,…) creen que si tienen una idea, en vez de intercambiarla, es preferible venderla; más aún, venderla a cada una de las personas que la quieran impidiendo la libre distribución de sus programas. Y bajo ese paraguas establecen su modelo de negocio. ¿El mayor inconveniente? Sus malas artes a la hora de convertirse en imprescindibles en la sociedad atacando aquellos puntos más vulnerables como son, por ejemplo, las escuelas y los países empobrecidos. En estos casos, ofrecen de forma gratuita su software para crear dependencias intelectuales en los niños o las personas empobrecidas.

¿Y por qué el software privativo coarta tu libertad individual? Porque llega un momento en el que las grandes empresas llegan a ser las propietarias de tu propio ordenador gracias que su software privativo (malware para Stallman), en algunas ocasiones, tiene objetivos fraudulentos. Por ejemplo, puertas traseras en Windows que permiten a Microsoft acceder a tu propia información o cláusulas que restringen incluso el uso de ciertos programas recortando tu libertad de expresión. Y muchos más asuntos que se escapan al ámbito de este post, como la sucia táctica de Amazon de retirar el libro 1984 de su tienda electrónica; sí, ese que habla del Gran Hermano y de un Estado omnipotente que dirige la vida de las personas, ¿no hablábamos de recortes en libertad?

¿Hasta dónde llega nuestro sentimiento de esclavitud si las cadenas que nos atan son invisibles?

Lánzanos

Plaza Mayor
Plaza Mayor fría al atardecer, Ciudad Real (octubre 2010).

Una amiga me vendió hace unos meses la posibilidad de vivir de las ideas como plan de futuro si las perspectivas me fallaban. «El mundo de las ideas no es tan grande, no te creas, no te imaginas lo poco original que es la gente» o algo así me decía. Obviamente no la creí. Un provinciano no concibe poder ganarse la vida con algo intangible. Y qué casualidad que si hay un área en la que es factible ganarse el pan a partir de ideas es la informática.

Las startups crecen como setas después de una copiosa lluvia o como chinos detrás de un mostrador; algunas tienen un éxito inconcebible y otras se convierten en estrepitosos fracasos. ¡Qué informático no ha soñado con ser el creador del nuevo Tuenti, Facebook, Twitter o eBay!

Triunfa la idea frente a la inversión. Es realmente significativo un post que ha publicado hoy Microsiervos: se empieza a valorar enormemente el talento, la originalidad, la perspicacia, el atrevimiento, por encima de una formación plana. Es admirable el carácter democrático de la Red.

Hoy precisamente ha nacido una nueva idea en Ciudad Real: www.lanzanos.com. Se trata de una página creada para proporcionar financiación en proyectos creativos. La gente con ideas creativas puede promocionar sus ideas y conseguir un beneficio económico a cambio de ellas. El funcionamiento es muy similar al de la ya famosa www.kickstarter.com. Uno de los adaptadores de la nueva idea afirma que con esta idea pretenden «acercar a nuestro país una filosofía que está cosechando éxitos al otro lado del océano y que consiste en la auto-financiación de proyectos, permitiendo dar oportunidades a aquellos que realmente tienen una buena idea. Con lanzanos.com se evitan intermediarios y el proyecto es puro como la idea original del autor, con la suerte de hacer partícipes a cualquiera que quiera formar parte del proyecto a cambio de recompensas de intereses mutuo.» Esperemos que tenga éxito la idea a pesar de España.

El Premio Nobel de Física con Jennifer Aniston

Always impressive - Grand Canyon
La investigación según Novoselov: el Gran Cañón del Colorado.

El otro día, en la cafetería de la Escuela de Informática, un profesor me comentó que a un joven ruso de 36 años le habían dado el Premio Nobel de Física por coger láminas de grafito pertenecientes a un lápiz con celo. Que me disculpe dicho profesor pero no le creí lo más mínimo, ni que con 36 años se pudiese ganar un Nobel ni que fuese por ese motivo. Además, siempre he desconfiado de todas las personas del Este, igual rusos que húngaros o lituanos, desde que una mujer polaca se me cayó encima cuando dormía con inocentes catorce años.

Juan Pablo, que así se llama el profesor, también me comentó que con ese método tan de andar por casa el investigador ruso había descubierto el grafeno, un nuevo material que consiste en una lámina de carbono (inciso: el grafito de los lápices es un material compuesto exclusivamente de carbono, como el diamante) de un átomo de grosor y con unas propiedades fabulosas: es ligero como la fibra de carbono pero más flexible, su conductividad es excelente, es casi transparente, etc.

Ahora ya sé, gracias a estos imprescindibles reportajes, que el investigador se llama Konstantin Novoselov y que gracias al grafeno se podrían desarrollar iPads flexibles para ser guardados en el bolsillo. ¿Y qué es para Novoselov la investigación? «Imagine que está recorriendo el Gran Cañón de Colorado o un sitio así de bonito en España, o en Canadá… El paisaje que se le va apareciendo ante los ojos es grandioso y uno sigue avanzando convencido de que un poco más allá habrá otro panorama más estupendo aún. Tienes que trabajar duro para avanzar, pero lo haces porque esperas encontrar algo magnífico, interesante. Esta es la mejor comparación con la investigación.» Claro, así debe ser estimulante investigar, no si se piensa en los términos que otro profesor que tuve en la carrera: «la investigación es una habitación oscura, muy oscura, y el trabajo del investigador consiste en ser muy metódico para ir recorriendo todos los rincones de la pared en busca de un interruptor.»

Qué curioso que el compañero de laboratorio de Novoselov triunfase en su día en los igNobel por su trabajo haciendo levitar a ranas vivas sobre un campo electromagnético. Supongo que la ciencia creativa está muy cerca de la investigación puntera, tan maniatada en algunas ocasiones.

En cualquier caso me parece mucho más interesante hacer levitar ranas o crear diamantes a partir de tequila que conocer el estado depresivo en el que ha caído el perro de Jennifer Aniston.

Albañilería post-moderna o la huelga de servidores

Los humanos han descubierto los planes de las máquinas: éstas han comprendido por fin que la energía producida por los humanos no es rentable, que mantener vivos tantos cuerpos, cosecharlos y gestionar Matrix para controlarles, resulta demasiado costoso; por no hablar de lo inestables que son sus mentes. De modo que piensan sustituir esta fuente de energía por otra: la energía solar.

[Matrix Revealed, argumento filtrado no autorizado]

Cada vez que escucho la expresión Software Factory recuerdo Matrix. Me viene a la cabeza esa escena en la que se muestran grandes urbanizaciones de nichos-incubadoras en las que las máquinas conservan a los humanos para extraer su energía vital. No la voy a buscar por la Red. Pienso en las Software Factories como mastodónticas máquinas a las que se enchufan los cerebros de los programadores (y muchas otras figuras de cargos modernos) durante ocho horas diarias. El cable de red cerebro-ordenador absorbe el conocimiento del obrero y lo aliena despiadadamente. Largas filas de cubículos con una pantalla, un teclado, un ratón, una foto con sus dos hijos, un calendario con los días pasados bien tachados, un paquete de chicles. ¿Probablemente el trabajo intelectual peor pagado? Y esa venta de horas vitales prostituyendo el conocimiento.

Conste que esta imagen tan descorazonadora quizá no haga justicia a la realidad, pero coincide con la descripción que algunos programadores me han transmitido de sus grandes empresas multinacionales. Me acuerdo en estos momentos de este Matrix informático y post-moderno por coincidencia con una huelga general que comienza mañana y aspira a detener el engranaje económico del país durante un día (sic). Me abstengo de mancillar el blog expresando una opinión política todavía más descorazonadora que la del párrafo anterior.

Y los androides no sé si soñarán con ovejas eléctricas, pero yo esta noche soñaré con una huelga de servidores. Soñaré con un día en el que todos los informáticos a cargo de grandes servidores pulsen el botón de OFF y éstos se detengan durante 24 horas. Un día sin bancos, sin llamadas telefónicas, sin correo electrónico. Un día sin facebook, sin tuenti, sin messenger. Un día sin Wall Street, sin Telefónica, sin BBVA, sin especulación.

P.S. Matrix Revealed, según he descubierto esta tarde, es la cuarta parte de la saga Matrix; se supone que la rodaron junto a Revolutions y Reloaded, pero nadie lo sabe a ciencia cierta y quizá sólo sean especulaciones de foros especializados.

La ciencia en España no necesita tijeras

Esta es la primera vez que adorno la barra lateral del blog con un logo reivindicativo, pero es que estoy totalmente de acuerdo en que la ciencia española no necesita tijeras y, como tantos otros blogs, estoy en contra del recorte presupuestario en I+D planteado por el Gobierno para el año próximo.

Ya hace tiempo expresé mi conformidad con Pedro G. Cuartango en un post. Y es que el presidente del Gobierno demuestra una demogagia digna de estudio. He buscado en Google «Zapatero apuesta por la innovación» y han salido 109.000 resultados. Abriendo uno al azar, leo: innovar en la actual situación económica mundial es más necesario y útil que nunca en todos los sectores de la actividad productiva y precisó que el objetivo del Gobierno para afrontar la actual coyuntura es que la economía española en su conjunto sea una economía innovadora.

Sin embargo, los fondos para investigación caen un 15% para 2010. Y encima tenemos que dar las gracias porque el recorte no alcanza el 37% previsto.

José Luis, José Luis, que te va a crecer la nariz… Lo que de verdad te interesa es que los carteles que anuncian las obras del Plan E tengan 12 metros cuadrados, nada menos que 4×3 metros anunciando que nuestro dinero sirve para arreglar España, ¡pero si eso ya lo damos por supuesto! Más aún, en algunas obras el precio del cartel es superior al precio de la obra. El precio del cartel, incluyendo transporte y colocación, ronda los 1.500 euros (algunas fuentes dicen que incluso puede alcanzar los 2.500).

La iniciativa que promueve el Tijeras No pide que el día 7 de octubre -hoy- cada blog escriba una razón para defender el gasto en I+D. La evidente razón suprema es que el indudable esfuerzo económico que supone mantener la inversión en investigación científica en tiempo de crisis merece la pena (lean ese artículo). Sin embargo, creo que en España no estamos preparados para admitir como verdadera esa afirmación, aquí somos más de resultados inmediatos que de esfuerzos con rentabilidad a largo plazo, y esa mentalidad tan generalizada es difícil de cambiar.

Y no sólo eso, sino que es una verdadera lástima por el esfuerzo que se ha hecho durante los últimos años. Hemos avanzado, aunque no tan rápido como se prometía allá por el 2005. Sin embargo, en investigación, si no estás en la cresta de la ola, no existes. No se puede investigar si no estás a la última, creo que es obvio. Es por esa razón por la que cuesta tanto lograr resultados visibles, y también la razón por la que resulta tan fácil quedarse descolgado. Si ahora se decelera el ritmo, nos costará mucho esfuerzo volver a acariciar las crestas de las olas en algunas disciplinas porque habrá que volver a remontar paso a paso. Y en ese caso, el ciudadano sí tendrá razón para recelar del rendimiento de la inversión en I+D.