Gin and Tonic

Enga, por una vez vamos a ser sinceros. Una persona se conoce por su actuación en diversos ámbitos. Por ejemplo, eltercero sabe que una persona es lo que come, y entonces una persona es lo que saca de su cesta del Mercadona mientras esperas en la cola. Una vez vi que una chica llevaba en la cesta 5 kilos de comida para perros y una garrafa de 5 litros de agua (sic). No supe qué pensar de ella. Lo normal es ver a hombres de 30-35 años que a las 14:15 compran una bolsa de empanadillas congeladas, un bote de fabada, una barra de pan y un pack de cervezas. Hoy una mujer llevaba 40 euros en productos de limpieza; creo que si sumo toda la limpieza de mi vida no sumaría tanto dinero. Ayer un abuelete llevaba una barra de pan, un paquete de magdalenas y fregasuelos Bosque Verde; seguro que no estaba viudo, no habría caído en comprar fregasuelos. Las chicas compran casei inmunitas, protege-slips (eins) y latas de tomate triturado. Algunas veces coliflor.

Otra forma de conocer a las personas consiste en ver la estantería de su habitación, pero es demasiado sencillo.

Y una última manera consiste en ver la mesita de su piso un sábado noche. Ahora, aquí, hay un ordenador, éste, un vaso con hielos, una botella de ginebra, una bolsa de «picos», una lata de Nordic semi-vacía y el mando de la tele. Supongo que ya tenéis motivos para pensar mal.

Jane

Jane

Como me sigas mirando así la violación estará justificada y no creo que ningún juez en su sano juicio ose castigar semejante gozo, tal explosión de belleza dinamitada. Y si no lo hago, guapa, es porque veo tus ojos y prefiero quererte a que me odies. Elijo reprimir mis instintos, tan naturales, mis deseos, tan bienintencionados, mis ansias, tan incontenibles. Elijo, por descarte, sufrir bajo el apuntalamiento de tus ojos en mis miedos. Y no me queda más remedio que pensarte bajo las alfombras de mis ilusiones y mis sueños. Que esos ojos que hoy me miran, parpadeen. Un signo de complicidad que sirva como excusa para acercarme más a la órbita bigravitacional de esos ojos capaces de entumecer mis aspiraciones. Y si no parpadea, si no guiña, si no sonríe, que cierre esos ojos para siempre y deje de molestarme, joder.

Gastad el dinero

Bolsas en caída libre

Los bancos estuvieron jugando con vuestros ahorritos como en el patio del colegio se intercambiaban cromos y ahora resulta que nadie quiere cambiar cromos a la hora del recreo y entonces lo que hacen es ir al profe y a papi para que les compren más en el quiosco.

Vorágines de ambición desmesurada mueven, temerosas, los hilos de los que pendemos…

Brindo por

No he visto rayos C brillar en la oscuridad más allá de la puerta de Tannhauser, pero he visto a un sin techo bebiendo de un brick de vino barato que le chorreaba por los rizos de su barba. He visto a elegantes señoritas sosteniendo con discreción y delicadeza copas de champán que bebían a sorbitos, y he visto jóvenes que engullían enormes vasos de calimocho o cerveza en competición (¡los llamaban vasos «mini» y resulta que tenían una capacidad de un litro!). He visto a respetables jubilados tomando con placer un sol y sombra antes de la corrida de toros de la tele y he visto a niñas bebiendo malibú a duras penas. He visto a miles de personas tomando unas cañas a mediodía y a otros miles de personas bebiendo copas a medianoche. He visto que en las celebraciones descorchan el mejor vino y se reparte a discreción, y también he visto funerales que se clausuran con una pinta de despedida. He visto a gente bebiendo feliz y triste, riendo y llorando, inconsciente y consciente, excitada y apagada, conversando y bailando, en soledad y en compañía.

He visto a gente morir de alcohol pero a nadie resucitar ni encontrar su camino a través de.

Domingo de prensa

José Luis López de Lacalle, escritor vasco de 62 años, fue asesinado en el año 2000 a tiros mientras volvía a pie a casa tras comprar la prensa. Fueron algunos cobardes terroristas que, supongo, tendrían miedo de que José Luis supiese demasiado al leer tantos periódicos y estuviese mejor informado que ellos de lo que significan palabras como libertad, bien sea de derecho o de expresión. Me llamó la atención que describían la escena con José Luis llevando una bolsa en la que había cinco o seis periódicos, de diferentes ideologías. Desde aquel día, recuerdo que fue domingo y que leí la crónica en El Mundo, cada vez que salgo un domingo por la mañana a comprar la prensa ando con mucho cuidado, mirando en todas las esquinas, por miedo a que algún enemigo de la lectura me asalte como le pasó al malogrado columnista. Pero es que un domingo sin periódico es poco menos que un partido de fútbol sin balón… Ya decía Albert Camus en La Caída, libro que sinceramente no comprendí en su día, que «una sola frase bastará para definir al hombre moderno: fornicaba y leía periódicos».

Todo esto sólo para decir que un domingo como el de hoy, después de horas leyendo periódicos y sus distintos suplementos, parece que uno tiene una visión más poliédrica del mundo; más pesimista también, qué remedio, y más reflexiva. Algo así como si al leer el periódico te sentases en una butaca a ver pasar el mundo a través de las delgadas hojas de papel tintado y te sintieses consciente del funcionamiento de su motor (nada esperanzador, por cierto). He leído…

McDonald’s ha incrementado sus ventas un 7,4% en el último trimestre gracias a la crisis porque los consumidores demandan comida barata. Laura, cuarentona, tiene más de 100 pares de zapatos pero no tiene ningún hijo. Los padres Dominicos han montado una red de blogs para expandirse a través de Internet. Telefónica quiere comercializar su red de fibra óptica cuando a mi pueblo de momento no llega ni el ADSL. Carmen, número uno de su promoción en matemáticas, da clases en un instituto y es feliz aunque su tutor universitario le auguró que se arrepentiría y que debía investigar. El grado de innovación (inversión en I+D+i principalmente) es mayor en Eslovenia o en Chipre que en España. Luis María Ansón afirma que sobran dos millones de funcionarios en España. El hijo de Nuria se va de Galicia en verano para mejorar su castellano. Irina, inmigrante rusa, vino a España a trabajar de bailarina y ahora la obligan a venderse a 75 euros la hora y a soportar que los pagadores quieran contarle sus vidas y le traigan flores de dos euros. Bush quiere invertir 700.000.000.000 dolares (son muchos, ¿no?) en ayudar a esos empresarios/banqueros que se han enriquecido gracias a especulaciones y agarrando los huevos de los currantes para que, pobres, no pierdan su dinero (mucho, ¿no?). Van Nistelrooy no había tocado la pelota pero marcó gol en el descuento para que el Madrí ganase otro partido. A un japonés torero lo llaman chino de mierda. Se dice que el único riesgo profesional de los poetas es el suicidio.

Y Paul Newman murió y Scarlett Johansson se casó.

que no os deslumbren esos ojos en blanco y negro

te enseñaron a rodar

vías hacia Auswitchz

te enseñaron a rodar sobre las vías
a seguir sin pensar
interminables rectas
aceradas
a soportar el peso de los vagones
hipócritas de primera clase
en primera clase
carbón en la sala de máquinas
suciedad acumulada en los raíles
hierbajos entre las vías
y
flores primaverales
de turgentes frutos
y lechosos tallos vírgenes
out of your road trip

te mostraron la senda
arbeit macht frei
estación de origen y destino
a rodar sobre los raíles
ten cuidado
con acabar al final
bajo las ruedas

PS. Photo by Robertoeee, amigo, en el campo de concentración de Auswitchz.

Sed y ceguera

Don Quijote no fue un loco, sino un lúcido que sabía que tenía que renovarse, o morir. Que debía buscar ilusiones por las que luchar, que le darían los sobresaltos emocionales que necesitaba para considerarse plenamente satisfecho y realmente humano. No fue un inconsciente que salió a la calle por la inercia de haber leído un puñado de novelas de caballerías. Simplemente envidió la intensa vida de aquellos sus héroes que cada día dormían a la intemperie. A él no le cegaron las aventuras leídas, sino que lo iluminaron: advirtió que su vida rozaba la monotonía de la tumba pero tenía sed de emoción. Ingenuos aquellos que sonríen sin disimulo cada vez que se cruzan con algún quijote con ganas de vivir y lo acusan de loco sin advertir la viga en el ojo propio…

función constante

Miró a través del cristal de la ventana. Había llovido durante las últimas semanas, pero ese día salió el sol. Abrió la ventana para comprobar que la temperatura era lo agradable que prometían los rayos solares. Ya era junio y, aunque el mal tiempo de finales de mayo pareciese anacrónico, ya se sabe que cuando marzo mayea, mayo marcea. Aún con todo, se puso el abrigo y cogió el paraguas antes de salir a la calle. No quería que el tiempo cambiase, prefería que las cosas siguieran tal y como estaban. Sudaba mientras caminaba pero se resistía a desprenderse de la ropa de abrigo. Los viandantes rumoreaban, ese chico está loco, con el calor que hace, mira si le falta un tornillo, a ver si es que tiene alguna enfermedad. No. Simplemente le había ido bien hasta entonces y no entendía por qué había de cambiar.