Berlusconi es, en el imaginario de sus partidarios, un condottiero, no un politicastro al servicio de intereses superiores; es alguien que opera a la luz del día, no un grande vecchio que conspira en secreto; es alguien que habla con claridad y dice lo que piensa, a diferencia de la clase política convencional; es un esteta que recurre continuamente a la cirugía estética para rehacerse el rostro y la cabellera (los pelos que cubren su calva poceden del cogote de su hermana) y se rodea de cosas bellas y mujeres guapas (el machismo mantiene una notable vigencia); es, además, un hombre riquísimo que no se deja corromper, sino que corrompe, lo cual evita presiones y garantiza la fiabilidad de sus promesas.
Fragmento de Historias de Roma, del lúcido Enric González, un librito curioso y de agradable lectura en el que el escritor catalán dibuja un fresco muy vivo y sobresaliente de la maravillosa ciudad de Roma y, ya de paso, de la sociedad romana. La escritura es muy ágil y los contenidos muy atractivos, qué pena que sea tan corto, con multitud de anécdotas y opiniones de Berlusconi, Juan Pablo II, Alberto Sordi o Totti, entre muchos otros. El retrato es tierno y mordaz, va de anécdotas graciosas a valoraciones filosóficas básicas pero relevantes.
Un libro recomendable para todo aquel que haya ido o vaya a ir a Roma, además casi te dará tiempo a leerlo en el avión a la capital romana. Como alternativa, Enric González también ha publicado sus historias de Londres y Nueva York, dos capitales en las que también fue corresponsal.