Acerca de la fidelidad

Han corrido ríos de sangre, claro, es un tema espinoso. La fidelidad como cadena que nos ata con fuertes eslabones a una persona con la que compartimos una relación, bien sea de amistad, bien sea sentimental. Pero sin embargo, la fidelidad no debería ser considerada como un pesado fardo sino como una bendición que permite evaluar la fortaleza de esa cadena. Decía el protagonista-narrador de Crimen y Castigo:

Tuve la suficiente bellaquería, y también franqueza, en cierto modo, para declararle sin rodeos que no sería capaz de guardarle fidelidad completa. Esta confesión la puso frenética, pero, al parecer, mi brutal sinceridad le agradó. “Si me lo dice de antemano, señal de que no quiere engañarme”, pensaría.

En El último encuentro de Sándor Márai también se comenta desde otro punto de vista: la fidelidad no debería anteponerse al amor/sentimiento puesto que priorizarla respecto al amor rebaja a éste:

¿Exigir fidelidad no sería acaso un grado extremo de egolatría, del egoísmo y de la vanidad, como la mayoría de las cosas y de los deseos de los seres humanos? Cuando exigimos a alguien fidelidad, ¿es acaso nuestro propósito que la otra persona sea feliz? Y si la otra persona no es feliz en la sutil esclavitud de la fidelidad, ¿amamos a la persona a la que se la exigimos? Y si no amamos a esa persona ni la hacemos feliz, ¿tenemos derecho a exigirle fidelidad y sacrificio?

Oscar Wilde, por su parte, tenía una opinión más certera, muy de su estilo:

¡Qué obsesión tienen las personas con la fidelidad! Los jóvenes quieren ser fieles y no lo son; los viejos quieren ser infieles y no pueden.

Y también los hay que consideran la fidelidad como un signo inequívoco de cobardía y sumisión, como dice Kenize Mourad en De parte de la princesa muerta:

La fidelidad de su marido le provoca desprecio, la considera una manifestación más de su flaqueza.

¿Con quién estáis más de acuerdo? ¿Qué opináis al respecto? ¿Fidelidad como bendición o como castigo?

Nuevos relatos publicados

En la página de Relatos han sido colgados dos nuevos relatos. El primero de ellos, La metáfora de la parábola de la hipérbola, narra una historia acerca de la costra del amor, de eso que queda cuando desaparece la otra mitad. El segundo, Pasiones literarias del siglo pasado, es una metahistoria resumen de la literatura del siglo XX, cargada de referencias y con una metáfora global resumida en el último párrafo. Espero que os gusten…

Juego de Citas de Cine

Hoy en día no tiene mucho sentido jugar a adivinar citas o frases célebres teniendo la barra de Mr. Google en el navegador web; sin embargo, y para los honestos, propongo un jueguecillo de frases de películas. Como ya pasó con el anterior juego, algunas citas son muuuy populares y otras, bueno, no tanto. ¡Suerte!

1. “Es un tipo estupendo, en el sentido despreciable de la palabra”.
2. “Es uno de los nuestros”.
3. “Sentí que me había enamorado cuando, al olerla, sentí náuseas”.
4. “Lo que pasa es que la hormiga es una hija de puta y una especuladora”.
5. “Tu sonrisa se expande como una mariposa”.
6. “Nunca se sabe que traerá mañana la marea”.
7. “Los nietos son un regalo que Dios nos hace por no haber matado a nuestros hijos”.
8. “He venido a Las Vegas para matarme a beber”.
9. “Seguro que no has olido nunca la Capilla Sixtina”.
10. “Te he traído el atún que te prometí”.
11. “Esos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia”.
12. “¿En la mano o en el pie?”.
13. “He dicho que no tengo familia, no que mi apartamento esté vacío”.
14. “Te estiras menos que el portero del Liverpool”.
15. “Me siento como una huella dactilar en un rascacielos”.
16. “El pasado es algo que podemos recordar pero no tocar; y todo lo que se recuerda es borroso y vago”.
17. “Vas demasiado limpio para ser alguien a quien le gusta el cine”.
18. “¿No te alegras de que tu madre no te abortara?”.
19. “Me imagino en la cama con Melinda y, al momento, siento que estoy siendo procesado en Nuremberg”.

P.S. ¿Y por qué debían ser veinte?

Buscar mp3 en Internet

– ¡Menuda tontería de entrada para un blog! ¡Si con el emule me puedo bajar lo que quiera! ¡O también con torrents, que hay mil páginas por ahí con enlaces de torrents! Bueno, también te puedes bajar música a través de los montones de blogs que hay con enlaces a descargas directas o buscando en los servidores de MegaUpload o RapidShare

– Ya, pero conozco un método novedoso que quizá te pueda servir de ayuda en alguna ocasión. Consiste en buscar a través de Google con la cadena de búsqueda siguiente: intitle:index.of mp3 seguido del grupo de música o álbum que quieras descargar. Sin ir más lejos, hace un rato me he bajado el último disco de Portishead buscando «intitle:index.of mp3 portishead third». Y es un álbum que estuve buscando en los servidores de descarga durante un tiempo y todos los enlaces estaban rotos…

P.S. Estrategia de búsqueda aprendida esta mañana en clase gracias al Olivas.

Julio Cortázar: el enormísimo cronopio

Hace un par de años preparé en mi residencia universitaria una noche dedicada a Julio Cortázar, con lectura de textos, charla y visionado de una jugosa entrevista de alrededor de dos horas que concedió a TVE en el programa A Fondo. Para el evento, preparamos un documentillo acerca del grandote argentino que colgamos por aquí por si a alguien le interesa:

Julio Cortázar: el enormísimo cronopio

En el documento se distingue una breve y concisa biografía en forma de pinceladas puntuales, un análisis de las ideas de Cortázar guiado por textos de amigos y estudiosos del escritor y, al final, una brevísima recopilación de textos breves.

Cuando pusimos los carteles del evento en la residencia, la gente preguntaba: oye, ¿va a venir el hombre ese de las barbas esta noche?

after such pleasures
Esta noche, buscando tu boca en otra boca,
casi creyéndolo, porque así de ciego es este río
que me tira en mujer y me sumerge entre sus párpados,
qué tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor
sabiendo que el placer es ese esclavo innoble
que acepta las monedas falsas, las circula sonriendo.
Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar
ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas ni
esperanza.
Solo en mi casa abierta sobre el puerto
otra vez empezar a quererte,
otra vez encontrarte en el café de la mañana
sin que tanta cosa irrenunciable
hubiera sucedido.
Y no tener que acordarme de este olvido que sube
para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
y no dejarme más que una ventana sin estrellas.

Educación

La forja de ciudadanos ignorantes, y por tanto acríticos, es una condición necesaria para el correcto funcionamiento de las sociedades de consumo avanzado. Se requieren consumidores educados en serie, sin referencias culturales, sin pasado, de identidades volubles e intercambiables, puros átomos sin voluntad zarandeados sin fin en el flujo incesante de la publicidad.

[Daniel Arjona, El Cultural]

Lo leí hace un par de meses en El Cultural y, casualmente, aparece en el artículo Diatriba contra los modernienses [¿qué es eso de «moderniense»?] del segundo número de la revista Autopsia.

El arte: conversaciones imaginarias con mi madre

El arte: conversaciones imaginarias con mi madre

El arte: conversaciones imaginarias con mi madre es un libro difícil de encuadrar del dibujante barcelonés Juanjo Sáez. Puede ser calificado de novela gráfica, de inteligente pero divertido ensayo o de novela autobiográfica. Juanjo Sáez adapta algunos de los capítulos más interesantes de la Historia del Arte en forma de cómic, los guía a través de conversaciones imaginarias con su madre -totalmente ajena a la concepción actual de arte– y divaga acerca de la relevancia y significado de algunos artistas como Calder, Picasso, Miró, Magritte o Warhol.

Se trata de un libro que conjuga con maestría diversión e inteligentes divagaciones. Destierra algunos dogmas obsoletos acerca de la naturaleza inaccesible del arte contemporáneo en pos de una concepción del arte más sensorial: un gol de Maradona o un paisaje pueden desencadenar un sentimiento místico de gozo propio del arte. Según Juanjo, cualquier persona mínimamente sensible puede romper la cerradura y encontrar el tesoro del arte; no hay que buscar porqués, sólo hay que sentir, olvidarse de todo, hasta de nosotros mismos… al fin y al cabo, la vida es un cúmulo de sensaciones. No obstante, desde mi punto de vista, el disfrute de algunas obras de arte requiere de una educación específica previa que nos permita «ser sensibles» a dichas manifestaciones del arte: será muy difícil que me emocione ante una representación genial de Beethoven dirigida por Bernstein si me he pasado media vida escuchando a The Offspring o Extremoduro (sin menospreciar a estos grupos, por supuesto).

¿Qué es el arte? Una conversación imaginaria con mi madre antes que eternas mesas redondas de intelectuales-intelectualoides discutiendo y chorreando ríos de sangre en la búsqueda de una definición inexistente, de la demarcación de una frontera difuminada entre lo que pertenece a su selecto club y lo que no…

Juego de Cine

Para los que se aburren los fines de semana, propongo un sencillito juego de cine: adivinar las 24 películas que aparecen en el collage de la imagen. Algunas son muuuy sencillas para que nadie se crea un inepto y otras son bastante complicadas, para los que quieran sacar nota. Espero que resulte atractivo, y si no lo es, la próxima vez me ahorraré una horita de búsqueda de imágenes y recorte digital…

PREMIO: una invitación a unas cañitas el día que el premiado elija y el promotor del juego pueda.

GANADOR: No gana el que adivine más películas, sino el que descubra más películas de las ocho últimas que queden sin adivinar, es decir, los 16 primeros fotogramas no cuentan porque se supone que hay algunos muy fáciles y ganaría el primero que participe. Supongo.

P.S. Lo del premio no es broma…