He estado cinco minutos pensando en escribir un post. Se me han pasado varias ideas por la cabeza: hablar de esa gran joya del cine que es ¡Qué verde era mi valle!, comentar algo del curioso documental Zeitgeist (y de su continuación, más interesante y menos demagago, Zeitgeist Addendum) o escribir un relato acerca de unas dulcísimas cerezas difíciles de conseguir. Incluso he coqueteado con el centenario de Poe y esa leyenda que cuenta que cada 19 de enero alguien deposita sobre su tumba tres rosas y una botella de cognac, semivacía, claro. Sin embargo, creo que poco puedo añadir a lo que ya han dicho tantos escritores, filósofos, periodistas, historiadores o poetas a lo largo de la historia, máxime repasando la ingente cantidad de blogs y opiniones que se vierten hoy en día en internet. Me abruma la cantidad de información y me aturde pensar que en algún rincón del ciberespacio escribe alguien con capacidad de estimular sensaciones profundas. Porque es probable que lo haya. Entonces, ¿no sería un acto de extrema egolatría escribir opiniones raquíticas, relatos planos, críticas ligeras o noticias repetidas motivados exclusivamente por la libertad de expresión que nos proporcina Internet?
alabas la humildad extrema, querido kyezitri…
hasta el más mísero, desvalido e inútil de lo seres tiene derecho a sentirse grande y sinceramente creo que todos deberíamos hacer uso de ese defecto que tu llamas egocentrismo y yo llamo amor propio más a menudo …
mi amor propio no ofende a nadie, mi libertad de expresión no limita la libertad del otro para obviar mis obviedades…así que, respondiendo a su pregunta, no es un acto de extrema egolatría escribir cosas ya dichas, planas o raquíticas…creo que es más bien un acto que delata …que nos pone el cartel de san jerónimo en la frente ;)…
un sí a su pregunta equivale a afirmar que la mayoría de los actos comunicativos del día a día suponen un ejercicio de extrema egolatría…
me extraña que un informático como usted aún no conciba estas bitácoras como un medio más para conversar sobre lo que nos preocupa, entretiene o emociona…mientras esperamos, al menos yo, encontrar en las respuestas de los otros el santo grial…
un proverbio estoniano reza: «un pájaro no canta porque tenga una respuesta, canta porque tiene una canción»…
apabullante respuesta, mayte, casi no tengo nada que objetar a tus argumentos y te agradezco que me hayas descubierto ese proverbio ;P
quizá entonces me decida a cantar y a escribir lo que se me pase por la cabeza sin detenerme a pensar si realmente sirve para algo o no; al fin y al cabo, y eso es una ventaja, cualquiera puede dejar de leer en cualquier momento aquello que no te interese. del mismo modo que gozamos de libertad de expresión, también disponemos de la libertad de lectura 🙂
sin embargo, seguiré pensando que lo que escribo no aporta un valor añadido a los temas que abarco porque no soy «especialista» en nada. me hace gracia leer el periódico y encontrar entrevistas a «una de las personas más respetadas en el ámbito de las blablabla», a «un reconocido experto mundial en blablabla», a «una eminencia en el área de los blablabla» o a «un especialista y gurú del nuevo blablabla». Me pregunto cómo habrán decidido esas personas especializarse en un ámbito concreto, descartando con esa decisión todos menos uno de los asuntos posibles. ¿por qué un hombre decide aprender más que nadie acerca de la economía en América en la década de los 60 o especializarse en los fenómenos metereológicos que influyen en el cambio climático en países tropicales? vaya, creo que me he desviado del tema original, pero en realidad ambas cuestiones están estrechamente ligadas…
Si no recuerdo mal, según el libro «La deshumanización del arte», los artistas que surgieron en la década de los 20 buscaban que su arte fuera inútil y que no fuera nada serio, es decir, no sentian como muchos artistas piensan que su obra es trascendental y que pasará a la historia, no, ellos se burlaban de esta actitud tomándose su arte «a la ligera».
¡Seamos como los artistas de la decada de los 20!. no todo lo que hacemos debe ser trascendetal, conmovedor, divino. ¡basta ya!, busquemos algo que contar, decir, narrar, reír, llorar, bailar…, y no busquemos algo trascedental, divino, porque además quien busque eso es que no tiene nada de humildad.
Saludos.
(Negaré buscar algo para llorar)
manueldavid, si te soy sincero, este es el comentario más inteligente que has escrito en este blog 😉
quizás sea usted especialista en no ser especialista en nada…
muerte a ese refrán que dice «quien mucho abarca poco aprieta»:P
y ¿qué es eso de que lo que opina no aporta un valor añadido a todos esos blablablás que sin duda abarca? Quizás no en la manera en que usted pretende pero no sea tan modesto, señorito.
Yo creo que desde hace mucho tiempo nadie aporta nada nuevo a lo ya dicho o escrito. Y si llega un mesías nos lo cargamos por miedo.ay, jodida comodidad.
de todas formas, podemos contribuir a lo dicho diciéndolo de otra manera, interiorizándolo, dándole nuestro toque personal…
por eso me cago en los pedantes…en toda esa gente que opina que conversar es citar, destripar tratados filosóficos o hablar sobre el disco, el libro, el bar de moda aludiendo al famoso de turno, al erudito, al escritor…
a mí me interesa lo que opinan mis amigos sobre el disco, sobre el libro…dónde estaban cuando sonaba la canción de moda, si leen a rilke mientras defecan o se cortan las uñas de los pies durante la emisión de Redes (DEP)…
además siempre habrá alguien más torpe-tonto que tú al que puedas descubrir mundos nuevos…salga usted con una rubia, señor kyezitri, y sacie sus ansias de adoctrinamiento…;p
he dicho.
me voy a ver al combo linga…
había olvidado que también te dejamos esas películas… en fin, por lo menos me queda el alivio de seguir acumulando ingentes pilas de películas tiene alguna utilidad.
por cierto, me puedes dar razones por las que hasta ahora no hubieses visto Qué verde era mi valle y por qué resulta demagogo el documental; y bueno para no tenerte toda la noche escribiendo solo te pido (por favor) que hables de una parte, por ejemplo…. … de la primera.
@mayte, buscaré una rubia…
@antiyo, la razón por la que no había visto antes «qué verde era mi valle» es porque no había llegado a mis manos en ninguna ocasión anterior ;P