Esta tarde he leído y he escrito. He leído acerca del espacio exterior en Una breve historia de casi todo (altamente recomendable para ensanchar miras) y he escrito acerca de Cooperación al Desarrollo. La confluencia de pensamientos en torno a ambas temáticas, tan alejadas, me ha impactado bastante.
El Universo. Somos un planeta pequeño, de unos 40.000 Km. de circunferencia y poblado por unos 6.700 millones de personas, que gira en torno al Sol, la estrella que nos da la vida y que es más de un millón de veces más grande que la Tierra. El Sol se encuentra a unos 150.000.000 Km. de aquí, es decir, muuuy lejos. Sin embargo, se trata de una nimiedad comparado con la estrella más cercana a nuestro planeta, que es Alfa Centauri y se encuentra a 42 millones de millones de Km., se dice pronto. En nuestra Galaxia, la Vía Láctea, se estima que existen entre 200.000 y 400.000 millones de estrellas, así que la más lejana debe estar bastaaante lejos. Relativamente, claro, porque la Galaxia más cercana es Andrómeda y se encuentra a unos dos millones de añoz luz de distancia, puffff. Pero es que los astrónomos creen que existen unos 500 mil millones de galaxias. Seguro que a alguna de esas no se puede ir a pie. Se estima que el tamaño del Universo es de unos 93.000 millones de años luz, que es una cantidad que no podemos acercarnos a imaginar.
Si hacemos un gran esfuerzo mental podemos concluir que somos muuuy pequeños. Si procuramos ser conscientes de nuestro tamaño real dentro del Universo reflexionando un rato, por contra, concluiremos que somos tan insignificantes como Nada. Si la Tierra fuese el Universo, este planeta no sería ni siquiera un grano de arena de playa. Es difícil de imaginar.
La Tierra. De cada 100 personas que habitan en el mundo, 61 viven en Asia, 14 en África, 11 en Europa, 9 en América Latina, 5 en América del Norte y menos de una persona en Oceanía. Además, 16 viven en pobreza extrema (menos de un dólar al día), 28 no tienen acceso a agua potable, 30 padecen anemia, 13 son analfabetos y 76 no son usuarios de internet, por poner un ejemplo (obviamente, estos datos no son excluyentes).
Si hacemos un esfuerzo mental, y pensamos que tenemos la nevera alimentándose de la corriente eléctrica junto a un grifo por el que sale agua potable mientras leemos estas líneas en internet, podemos concluir que somos muuuy afortunados.
¿Insignificantes y afortunados? No lo sé, porque me sigue preocupando que la gasolina cueste 1,09 en vez de 1,02 y que me tengo que cortar el pelo este fin de semana sin falta.
Entretanto Cristiano Ronaldo ha sido presentado hoy ante el clamor de 80.000 personas ilusionadas por un trozo de cuero que entra alguna vez entre tres palos. Cosas de la insignificancia y de la fortuna.
¡Genial! Insignificantes y afortunados, eso somos; y sin embargo a veces nos creemos muy importantes o muy desafortunados… Cosas de la vida.
Thanks!!! Supongo que esas creencias pasajeras se las inventó Einstein, con eso llamado «Teoría de la Relatividad»; tendemos a relativizar nuestra pequeñez y nuestra fortuna, lo que sumado a nuestro inconformismo hace que en muchas ocasiones nos creamos importantes o desafortunados…