La elegancia del erizo consiste en la falsa impresión que causa un erizo, tan espinoso por fuera y tan tierno por dentro, tan sumamente retraido en apariencia y tan encantador en confianza. Y es el título de la segunda novela de la profesora de filosofía francesa Muriel Barbery.
El argumento gira en torno a un inmueble parisino del que la protagonista, Renée Michel, es portera. Se trata de una cintuentona gorda y antipática que oculta su personalidad a los inquilinos del lugar. Es una gran apasionada de la literatura, en especial de Tolstoi y la literatura rusa, de la música, desde Mozart hasta Eminem, y del cine japonés. La otra protagonista es una niña de 12 años, Paloma Jossé, extremadamente inteligente y desubicada en un mundo -y una sociedad- demasiado herméticos. Entre ellas, un personaje masculino que cuadra el círculo del argumento.
¿Y qué cuenta La elegancia del erizo? Cuenta una historia de vidas frustradas encorsetadas que no son capaces de resistirse al viento de lo establecido. Dos soledades absolutas que se redimen entre libros y reflexiones vitales anhelando una vida diferente y analizando con instrumentos de precisión los engranajes de la sociedad acomodada en la que se mueven. Cada una desde una perspectiva diferente dibuja su plano de desesperanza. Y sin embargo, ambas son capaces de entonar un dulce canto a la vida a través de tres importantes «aes»: el Arte, la Amistad y el Amor. Desde un punto de vista humilde y sin intención de sembrar cátedra, ambas intentan desentrañar el secreto de la felicidad a través de las cosas pequeñas, buscando esos instantes de belleza atemporales que hacen que la vida valga la pena más allá de la dureza de los estratos sociales o las marginaciones intelectuales.
Es posible que uno no esté de acuerdo con algunas de las ideas que expresan tanto Renée como Paloma, sin embargo, no se puede negar la madurez de las opiniones y lo adecuadas a cada una de ellas. Las ideas forman parte de los personajes, son ellos. Por último, y como rasgo a destacar, el desenlace de la novela está muy bien logrado, hilado con una fina sensibilidad y rematado con gran emotividad. Una novela recomendable y reflexiva.
leyendo tú crítica dan ganas de leerlo, de echo creo que lo haré en algún momento. Alguien a quien le gusta Mozart, Eminem, pelis de japos, literatura rusa,… tiene muuuuucho de donde sacarle jugo. Paloma Jossé, ¿Amelí? 😀
Sergio.
No, no es Amelí (no le llega ni a la suela de los zapatos). A mi también fue un libro que no me dejó indiferente… Me alegro que también te haya gustado, Kye!