Suena Brian Eno, la pegadiza Here He Comes; nunca supe porqué todas las palabras empiezan con mayúsculas en las letras de las canciones en mp3. Me entristece pensar que no me importa en absoluto que Salinger desaparezca. Es verdad que le agradezco que concibiese a Holden Caulfield, ese joven desarraigado que me dio una idea que me rondó a menudo en la adolescencia: «Me iré muy lejos, me haré pasar por sordomudo, y así no tendré que hablar con nadie ni nadie me hablará, pues se cansarán de hacerlo». Pero ahora ya ni sé cuándo leí al guardián del centeno, recuerdo el olor a viejo y las páginas amarillentas porque la edición era muy antigua, tendría unos dieciséis años -yo, no el libro, que seguramente más- y mantengo el sabor pero no la textura de la novela. Sospecho que ahora entendería mejor a Holden pero lo sentiría peor. De Salinger dicen que era un gruñón insoportable, quizá no se aguantaba ni él mismo, como Felipe González. Esta mañana, Antonio Lucas, una de las plumas más frescas del periodismo actual, escribía en una imprescindible columna que Salinger pensaba: «Soy un paranoico al revés. Siempre sospecho que la gente está planeando algo para hacerme feliz». Brian Eno se pasa a By This River y pienso que es un buen compositor para un domingo; sé poco acerca de él, salvo que dijo: «Cuando era muy joven —tenía de hecho nueve años— tomé la decisión de que nunca iba a tener una trabajo corriente. Un incidente en particular aceleró mi decisión. Mi padre llegó a casa después del trabajo un día y había estado trabajando más que de costumbre. Él era cartero y estábamos en invierno, así que había estado arrastrándose por la nieve doce horas, desde las cuatro de la mañana. En casa, se tiró en una silla y estaba tan cansado que no podía ni comer. Hambre tenía, y no paraba de coger comida con el tenedor… pero era incapaz de comerla, se quedaba dormido. Entonces pensé: a mí nunca me va a pasar eso. Y creo que lo he ido logrando hasta ahora».
En los títulos de canciones (y discos, y libros, etc) en inglés se ponen las palabras importantes en mayúsculas, no solo en los MP3.
Me gustaría volver a leer «El guardián entre el centeno», ya no recuerdo muchas cosas y era un libro bien cortito.
esa frase te rondò a menudo en la adolescencia o te ronda de por vida??…xD.
me ha gustado el pensamiento de Salinger! pero se llevaria màs de una desilusion…
jopé, al ver el enlace de tu entrada en el facebook, pensaba que habías escrito un artículo con más chicha y venía yo preparada, dispuesta a defender a Salinger con uñas y dientes. Pero no te metes con él. De hecho, al final hablas de Eno casi tanto como de él.
A mí me hizo algo -chac!- cuando me enteré de su muerte. Inmediatamente después, me serví una copa de vino y me releí lo subrayado del Guardián…
Victor, si quieres te lo llevo cuando vaya.
eltercero, entonces lo quieres releer porque era corto? xD
emy112, no te voy a quitar la razón…
quincamp, precisamente no hablo mucho de Salinger porque no me importa nada, me da igual que haya muerto, por eso lo desdeño con la indiferencia. Si quieres ver la cara crítica, lee el artículo de Antonio Lucas, es muy valioso. Eso sí, si hubiese pensado en tomarme una copa de vino a su salud como hiciste tú, entonces más que entristecerme por su pérdida, me habría alegrado xD.
no tienes corazón, como la madrugada.