¿Por qué el fútbol?

Una cuestión que siempre me ha rondado, y que me vuelve a venir a la mente a tenor de la Copa del Rey de baloncesto que se celebra este fin de semana en Bilbao, es ¿por qué el fútbol? ¿qué tiene el fútbol que no tenga otro deporte/espectáculo para atraer de forma tan pasional a tanta gente?

Javier Lozano, referente del fútbol-sala en España, matiza que «el fútbol llega a las pasiones ocultas, a ese punto de emotividad que da una camiseta y que hace que se abracen un empresario y un fontanero; por eso el fútbol es lo más democratizador, porque hace gozar y sufrir a todos por igual.» Sin embargo, no es capaz de explicar porqué el fútbol-sala fracasa en ese aspecto. Otro tanto le sucede al balonmano, al que Valero Rivera achaca la falta de popularidad a que no exista un duelo Madrid-Barcelona.

Desde mi punto de vista, ambos deportes -baloncesto y balonmano- son más espectaculares que el fútbol, mucho más divertidos de ver en televisión por la alternancia y velocidad de las jugadas, más intensos porque se suceden los tantos de forma continua; más dinámicos, en definitiva. Similares planteamientos podrían ser válidos para otros deportes.

Sin embargo, el deporte rey es el fútbol, señor de los sueños e ilusiones de tantísimos ciudadanos de a pie, desde La Pampa hasta El Cairo, vía de escape para las tensiones acumuladas, elixir del tedio. Quizá el fútbol sea el más igualitario: pueden jugar altos y bajitos escurridizos, fuertes y enclenques hábiles, rápidos o pausados. Además, el fútbol es casi siempre emocionante porque se decide por fugaces destellos instantáneos y mantiene la emoción hasta el final, mientras que en tenis, baloncesto o rugby puede haber bajones de intensidad si la diferencia es abultada. Por otro lado, cuanto mayor es el tanteo en un deporte, menos espacio queda para la incertidumbre y, precisamente, es en el fútbol donde los resultados son más roñosos. Quizá radique ahí el secreto del fútbol: incluso el más insignificante puede sentirse Goliat porque la incertidumbre es notable, un aficionado siempre tendrá fe en que su equipo venza al líder.

Aún a pesar de todo, sigo sin llegar a entender los motivos del éxito del fútbol; pudiese ser simplemente fenómeno del negocio, supeditado al espectáculo: crece el volumen de negocio, ergo se incrementa la publicidad y atención en los medios. Lo de siempre.

7 opiniones en “¿Por qué el fútbol?”

  1. Muy acertado lo de las condiciones físicas. Es cierto que al fútbol puede jugar la barriga de Ronaldo, que en una baldosa deja tres caderas menos que sustentar a sus dueños o puede jugar Messi, un jugador pequeñísimo pero con una velocidad endiablada. Sin embargo, te dejas un detalle en el tintero que creo que es más importante: los pocos recursos que son necesarios. Creo que después del running (ya sabes que me puede), es el deporte para el que menos cosas se necesitan. No necesitas una piscina (fuera natación), no necesitas raquetas (fuera tenis, ping pong…), no necesitas un aro por el que pasar la pelota (fuera basket). Y lo que es mejor, el balón no tiene que botar (fuera basket y balonmano). Una bola de papel de alumnio, una bola de papel, una piedra… Con dos piedras que hagan de portería o una tiza para pintar un arco en la pared, es suficiente. Da igual que el suelo sea llano o haya cuesta, que sea tierra o baldosas. Por pocos recursos que tengas, siempre te quedará el fútbol.

  2. Pues otro argumento que sumamos: los pocos recursos necesarios. Tienes toda la razón y, de hecho, había pensado en ello pero se me pasó anoche incluirlo xD. Thanks!

  3. El futbol hace que veamos reflejado lo que nos gustaría tener: dinero, fama, reconocimiento,… todo promovido por el poder de los medios, vía que lleva a todo lo anterior.

    Por otra parte, deportes como el balonmano, tuvieron su oportunidad con la publicidad de Urgandarín, el ser campeones del mundo, pero es imposible de seguir un deporte donde no se sabe cuando y qué juega cada equipo (un miercoles el BMCR juega en Europa, mientras que el CAI Aragón está jugando la Asobal), a parte de ser cosa de dos y como muchísimo un tercero.

    El futbol iguala a todos, aunque la regularidad sea cosa de los de siempre.

  4. Refuto vuestro argumento, para jugar al baseball o volyeball tampoco hace falta mucho. Para el primero un palo, una bola y unas bases pintadas en el suelo y para el voleyball una cuerda atada a dos palos y una pelota.

    Incluso para el basket creo que alguna vez todos hemos jugado pintando un círculo en la pared.

    No sé, no lo veo tan claro como vosotros … 🙂

    Un saludos tertulianos.

  5. Pienso que son modas, la explicación a las modas será la explicación del por qué el fútbol es el deporte rey hoy en día. Hubo un tiempo que en Europa la ópera levantaba más expectación que cualquier evento deportivo, son modas…, y como toda moda, ésta llegará a su fin … .

    Un saludo 2 tertulianos 🙂

  6. Sí, Manuel, es una moda que durará más o menos tiempo, pero se pasará; también pasó ya la época de los gladiadores 🙂

    Ayer viendo un partido observé otras cosillas…

    El fútbol es tremendamente inmoral, debe ser uno de los deportes más rastreros; se intenta ser «sucio» todo lo que se pueda y llevar al límite las reglas, el hombre frente al hombre en estado puro. Otros deportes, como balonmano o rugby, son diferentes: los jugadores son más nobles porque conocen el peligro de jugar al margen de las reglas. El fútbol me resulta extremadamente violento.

    El fútbol es muy injusto: puedes hacerlo mal y ganar, puedes bordarlo y tener mala suerte y perder, puedes ser bueno pero que el árbitro te ignore. Existen grandes injusticias y un amplio margen para la suerte. Es otro punto a considerar…

  7. – La mano de Dios.
    – Ha sido el más pillo de la clase. (cuando hacen alguna pequeña «trampa»)

    Son expresiones que tapan las trampas.

    Por otro lado, creo que con las expresiones del fútbol se podría sacar un monólogo:

    – Le ha hecho la cama.
    – Se ha calentado demasiado.
    – Se ha emborrachado de pelota.
    – El árbitro no tocó el pito.
    – El suplente está calentando en la banda junto al resto.
    – Se ha salido.

    … Y yo qué sé más …

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