Un rayo cae durante una tormenta cerca de un carro militar blindado durante una batalla en una provincia afgana.
Este jueves se celebra el Día de la Tierra, como si uno debiese festejar el Día de la Vida o el Día del Homo Sapiens. El lema escogido para la campaña de este año, que se centra en el medio ambiente y el desarrollo sostenible, es El sol no calienta igual para todo el mundo. El mensaje es atractivo, incluso aunque mi jefe diga que debería cambiarse «porque el sol calienta igual para todo el mundo, lo que pasa es que no todo el mundo es calentado por igual». Sin embargo, parece ser que Nuestro Planeta ha decidido comenzar su 4.412.773.968 cumpleaños de forma anticipada con aplausos y velas para la tarta. Esa vela humeante de un glaciar de colorido nombre (Eyjafjallajokull, parece una canción de Sigur Rós) ha provocado un simpático caos en nuestra rica Europa. Que un insignificante volcán de un país remoto eructe cuesta más de mil millones de euros, ¡como si se pudiese medir el precio de los fenómenos naturales, vanidosa humanidad! Es asombroso el sentimiento de propiedad que tenemos de este Planeta, e incluso del Sol o del Universo. Parece que uno puede decir mi universo y quedarse tranquilo, como si le cupiese en el bolsillo, como si no fuese consciente de su insignificancia. Qué importantes nos creemos; desafiamos a la Naturaleza creyendo que venceremos, pero todos los triunfos son parciales y efímeros y en cualquier momento a La Tierra no le importará darnos un bofetón y borrarnos del mapa. Si Dios existe, somos insignificantes ante el Creador; si no lo hace, estamos supeditados a los caprichos de nuestro planeta independientemente de que provoquemos cambios climáticos o que utilicemos bicicletas para ir al trabajo. Quizá debiésemos conmemorar el Día de la Humildad ese 22 de abril.
P.S. La fotografía está sacada del fotoblog del Wall Street Journal. Muy recomendable.
¿por qué creemos que la naturaleza está a nuestro servicio y no al revés? ¿por qué no somos capaces de escucharla? ¿por qué se desmorona nuestro mundo por llegar un día tarde a un sitio?
Slow life!
Joder, esta noche he soñado que la naturaleza y los animales se nos sublevaban.
Saludos.