Sócrates es homosexual, de eso no cabe la menor duda, y como Sócrates es un hombre, entonces se deduce que todos los hombres somos maricones. Pero sucede que yo no soy Sócrates, de lo que se desprende que no soy hombre. No creo en los silogismos, como tampoco creo en las inferencias lógicas, porque entonces no se debería cumplir que cuanto más te quiero peor me tratas y cuando más te ignoro más me persigues. No tiene explicación que me digas que sí cuando dices que no, que montes en cólera después de cinco días contigo si no te miro dos minutos, que me llames desesperadamente si me olvido de ti dos semanas, que me odies si hago que te tiemblen las piernas y que me abraces si te confieso que me gasté el dinero que me prestaste en la tragaperras. Que no quiero que me retes a otra partida de póker en la que tienes las cartas marcadas. Ya me la ingeniaré para espiar lo prohibido con mis cinco naipes.
qué razón tienes!! por más que nos empeñemos, en lo más importante no hay lógica ninguna!
Vaya, hacía tiempo que no te leía y me encuentro con esto!
me ha gustado mucho. El relato es soberbio y además tengo que darte las gracias por el add..aunque sea como ejemplo de «cosa ilógica»…:P
hace tiempo en algún facebook leí un articulito sobre algo así como la «ceguera electiva». viene a explicar que somos incapaces de descifrar los mecanismos por los que el cerebro toma una u otra decisión pero como buen científico has de saber que el hecho de que no encontremos la lógica no significa que no sea una elección totalmente razonada. Nos perdemos en la inmensidad neuronal. Nos ahoga nuestro propio intelecto. Y que siga siendo así porque la vida sería muy triste si nos gobernase la «lógica»…:P
uy, mayte, pero es que si vamos descendiendo niveles de razonamiento hasta simplificarlo todo como reacciones químicas y pasamos a hablar de reacciones entre hormonas y proteínas y demás vamos a banalizar todo de tal forma que sea imposible pensar que hay algo ilógico en nuestro comportamiento!!! cuando te tiemblan las piernas no te acuerdas de las ferormonas ni tontás de esas 😛
mmm…cuando me tiemblan las piernas es cuando más me acuerdo de feromonas…sobretodo si no me interesa que me tiemblen…:P