Un poeta que nace poeta bajo el hábito de pastor rural. Un hombre comprometido con la inocencia y con el comunismo más puro. «Vuestra sangre, vuestra vida, / no la del explotador / que se enriqueció en la herida / generosa del sudor». Un amante quejicoso que se lamenta ante una esposa que vende caros sus besos, «Te me mueres de casta y de sencilla». Un enfermo de bronquitis, tifus, tuberculosis, soledad, desgarro, impotencia y orgullo. «Ríete tanto / que en el alma al oírte / bata el espacio» suplica a su hijo tras los barrotes. Un pobre integral que muchas tardes tuvo como único alimento los sonetos de Góngora. Un oriolano universal que cantó desde áridos pastos enlanados versos sentidos. Un inquebrantable luchador nunca amilanado.«Aquí hay mucho hijo de puta y mucha puta». El punto de convergencia entre la poesía más sonora y natural y el compromiso humano guerrero bajo un prisma de pobreza y desnudez.
P.S. El día 30 de este mes de octubre se cumple el Centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández. Se merece un homenaje.
Un amigo me ha pedido que te felicite por el post. Y lo ha hecho porque no has olvidado algo muy importante en la vida de Miguel Hernández. Que fue tan poeta, como comunista. Algo que no podemos olvidar si queremos conocer mínimamente la vida de este gran poeta.
Un saludo.
De su carácter combativo me encanta la anécdota que se enlaza en «Aquí hay mucho hijo de puta y mucha puta», donde entra enfurecido a una convención de poetas en plena guerra civil y los insulta por dedicarse a esos menesteres en vez de salir a las calles.