Si la bicicleta no rula

proceso: impacto
Proceso: impacto (febrero 2009, de la amiga quincamp).

Cuando uno está al borde de un precipicio y tiene que saltar, da igual si se trata de un suicidio o de un deporte de aventuras como el puenting o el descenso de cañones, sólo tiene que pensar en flexionar las piernas e impulsarse. Sólo saltar, así de fácil, un movimiento de extrema sencillez y bien conocido. Luego uno cae solo, primero por esa ley de Newton de acción y reacción y después por la atracción de la gravedad. Qué sencillo, ¿no?

Pero luego sucede que uno se queda paralizado durante siglos, como si la Medusa lo hubiese mirado fijamente a los ojos. En ese momento sus impulsos nerviosos no alumbrarían ni una celda de una colmena, estático su cuerpo y su cerebro. Como si el cerebro fuese una bicicleta que quisiese pensar, rodar, y le hubiesen cruzado un palo entre los radios de las ruedas.

Y entonces ya no se trata de un trivial movimiento de flexión y extensión del tren inferior, sino de quebrar el maldito palote cruzado entre los radios de nuestro cerebro. Sería más sensato darse la vuelta y no saltar. Mirar abajo y darse la vuelta. Darse la vuelta y regresar a casa, bien con vida, bien con adrenalina. Saltar es más fácil que ir a la guerra pero más difícil que dejar de fumar.

3 opiniones en “Si la bicicleta no rula”

  1. There’s only so much you can learn in one place
    the more that you wait, the more time that you waist

    I haven’t got much time to wait it’s time to make my way
    I’m not afraid on what I’ll face, but I’m afraid to stay
    I’m going down my own road and I can make it alone
    I’m working, I’m fightin’, I’ll find a place on my own

    are you ready to jump?
    get ready to jump
    don’t ever look back oh baby
    yes I’m ready to jump
    just take my hand
    get ready to jump

    http://www.youtube.com/watch?v=Rx0mYN32Kps&ob=av2el

  2. Ya le imagino, sr. Kyez, al borde de este punto y aparte; el camino que nos guió hasta el momento del salto, tan lleno en indicaciones como pautas irreductibles tiene el mérito de la constancia. Ahora llega el salto, pero ojo, que no al vacío. Y ahora cuenta la ambición y el cambio.
    Las balanzas, a la hora de sopesar el salto, nunca fueron buenas consejeras, tampoco se fíe del vuelo de las aves o augurios de esa índole; flexione las rodillas y piense, cuando salte, dónde quiere llegar…que así, la caída, parece que resulta menos dolorosa.
    Suerte!
    Por cierto, me gusta la imagen, pero espero que el resultado del impacto, no sea el mismo!

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