Ya sólo queda el silencio. Qué si no a las tres de la madrugada en un pueblecito manchego un día laborable del mes de julio. Un silencio de descanso o de inquietud, del descanso de quién ha de madrugar para comenzar una nueva jornada de siega o de sacar escombro en un proyecto de vivienda, de la inquietud de quién escucha el tañir de los tres toques de las campanas rompiendo un silencio entremezclado de grillos y hojas y se pregunta. Se pregunta si este ahogado silencio marca el final de cincuenta días de vorágine, como si quisiese compararlo con el vacío que sucedía tras el paso de las tropas de Napoleón. Parece inimaginable pensar, ahora, en música o en danza o en romper un jarrón contra el suelo. Qué extraño subconsciente o inconsciente que piensa ahora, precisamente ahora, en una almohada en Madagascar, en la escena psicodélica de 2001: Una odisea en el espacio en una televisión común en La Noche Temática de La 2, en un gintonic cibernético, en una chica no un niño con un vestido no un pijama de rayas sí de rayas, en la exigencia que te impone tener unos ojos tan bonitos, en la cura de la uña meñique del pie derecho de un peregrino al bajar el O Cebreiro, y sobre todo, en lo estúpido que parece emocionarse juntando palabras y lo tonto que entonces soy. Pero ya no queda nada, ni siquiera la estupidez y ni siquiera la más nimia de las certezas. ¿De dónde sacan las verdades que sirven de colchón y descanso a su ética, su estética, sus valores y sus aspiraciones? ¿De verdad que el dinero y la gloria y la solidaridad y la superación y la adrenalina? ¿De verdad que la luna es tan romántica y las estrellas te abstraen del infinito? Instalo el programa Stellarium y vigilo las estrellas y la constelación de Sagitario desde la pantalla de un portátil prestado una noche silenciosa del mes de julio.
Siempre he pensado que las reflexiones aunque, en la mayoría de las ocasiones, no conducen a nada son ese vínculo entre tus diferentes yoes que van cambiando de chaqueta dependiendo del estado de ánimo. Unas veces eres silencio sensual y misterioso, otras serás eso sólo eso, un momento sin ruido.
Pero como Tim Burton muestra en su magnífica Big Fish. Es mejor vivir en fantasía que pensar únicamente que estamos aquí para nada, que nuestra existencia es simple evolución natural de una especie…en realidad es así. pero la vida tiene momentos maravillos porque también hemos nacido con una flor en el culo…vivmos en un estado de relativo bienestar, agua potable, gin tonics, Los Soprano, The Wire,…pero en fin, es el egoísmo de nuestro especie , mientras yo contexto a tu reflexión (que me ha gustado mucho por cierto) o google, twitter y facebook se dan de hostias por comerse la tarta de las redes sociales, otros en algún lugar se mueren de hambre. En ese lugar donde te dirian metete tu reflexión por el culo y el que responde que se vaya al mismo sitio.
Tic Tac, Tic Tac
Cheers! 🙂
Me alegra ver que sigues siendo tu despues de toda la voragine, creo que empieza el verdadero proceso de adaptacion que en estas fechas no sera dificil. Ya te hechaba de manos.