Dices que a veces no comprendes qué dice mi voz
¿Cómo quieres que yo sepa lo que digo?
Si entre los dedos se me escapa volando una flor
y yo la dejo que me marque el camino.
[Extremoduro, La vereda de la puerta de atrás]
Me alegró que David Trueba ganase el Goya al mejor director por «Vivir es fácil (con los ojos cerrados)» (sic). Lo tenía fácil, el nivel de candidaturas de este año era ínfimo, tanto que incluso intento evitar rememorar los días que fui al cine a ver «La gran familia española» y «Los amantes pasajeros». David Trueba, sin embargo, se nota que es un tipo sensato, de inteligentes respuestas en las entrevistas y de humilde conocimiento de la realidad, dualidad insólita en el mundo del cine patrio.
Al pequeño Trueba lo descubrí en su primera película, «La buena vida», gracias a la «Versión española» de Cayetana. En aquella época todavía era institutero y me conmovían esas historias de fracasos cotidianos, esa cercanía que transmitían actores como Luis Cuenca, que podría haber sido un vecino del pueblo, o Fernando Ramallo, que podría ser de mi pandilla. [paréntesis clarito] De las actrices jóvenes de series y películas españolas actuales no creo que a ninguna le interesase ser de mi pandilla, son todas demasiado guapas, la dictadura de los mercados. A algunas las he conocido gracias a «El hormiguero» y, muchachas, os vais a atragantar de vosotras mismas, ser actrices no os convierte en más mejores. [fin paréntesis clarito] [inciso] Está feo eso de generalizar, lo mismo alguna es maja. [fin inciso] No recuerdo mucho de la «La buena vida», solo las sensaciones y que me apetecería volver a verla, aunque estos revisionados no suelen terminar en victoria.
De David Trueba recuerdo con cariño también algún artículo deportivo en El País, alguno de esos de recortar. Y su novela «Saber perder» está mejor estructurada y merece más la pena leerla que otras incursiones de «artistas» hispanos en las letras, como el «Exitus» de Antonio Luque (a.k.a. Sr. Chinarro). Me gustó mucho el breve vídeo autorretrato en modo «me gusta/no me gusta» de presentación para el programa «Carta blanca». Son un par de minutos, merece la pena verlo, saca más de una sonrisa. Yo también prefiero el ombligo de las muchachas a mi propio ombligo.
Y ya. Pretendía escribir un homenaje a tres bandas por efemérides hoy coincidentes: Joaquín Sabina, Julio Cortázar y Clara Campoamor, pero se me ha acabado el papel, así que el único homenajeado es Trueba, ale.
También había pensado otro enfoque retomando la siempre frustrante miseria moral humana, y que venía a colación de dos artículos leídos en JotDown: uno sobre Chernóbil y el comunismo y otro sobre el dopaje en el deporte español. Los ciclistas, invariablemente, ante el juez aseguran desconocer las prácticas dopantes y haber consumido sustancias prohibidas, «it’s all in the game», como si uno pudiese ser infiel y olvidarlo. Me recuerda a otra señora que declaró el sábado en Mallorca, que empieza por C y termina por A. Precisamente la semana pasada tuve que declarar en el juzgado; no le hice la cobra a ninguna pregunta, y lo peor es que eso no debería ser motivo de orgullo.
¿Tú distingues a una actriz española joven de otra? A mí me parecen todas la misma, sólo que les cambian el nombre.
No me extraña que te alegres del trinfo del Trueba. Con una película que rinde tributo a los Beatles (al menos en el título, no sé en el resto) y siendo él del Atleti y ejerciendo de ellos, pues es lo normal. Y ya que hablas de Chinarro y de libros te diré que me gustó más «Socorrismo» del Luque que «Abierto toda la noche» del David. Tampoco mucho más. Ninguno de los dos libros los mandaría al espacio para promocionar a la humanidad frente a otras civilizaciones.
Y cuando hables de Cortázar o sobre el dopaje me apunto.
jejeje, impenitente, qué razón tienes con lo de las actrices! yo me acuerdo de nombres como Penélope, Maribel o Aitana, pero no me digas que recite un par de nombres de la nueva hornada ^^
habrá que decir de Cortázar y del dopaje, venga, me lo dejo como pendiente, aunque sea por ti, único proactivo en esta esquina de internet que hace cinco años tenía mucho más movimiento…
Los que resistimos tenemos que estar unidos. Yo llegué a la blogosfera hace ocho años. Entonces había mucho más movimiento es cierto. Hubo furor con los blogs pero el furor se fue. ¿Por qué? Yo tengo mi teoría. La gente empezó a abrir blogs pensando que tenían muchas cosas que decir, cosas interesantísimas que harían que les lloviesen los impactos y las alabanzas colmando su vanidad y, sobre todo, donde se iban a hinchar a follar. No lo consiguieron. Ni tenían tanto que decir ni era interesante, pero la culpa no era suya sino del medio y se fueron con sus anhelos a otra parte. Y nos quedamos los que disfrutamos escribiendo. ¿Que nos leen muy pocos? ¿Cuántos son pocos y cuántos son muchos?
¿Estás insinuando, impenitente, que nosotros nos hinchamos a follar y por eso seguimos? 😉
Desde luego es verdad que si se aguanta tanto tiempo es por el placer de escribir, sin más, sin estadísticas de visitas y comentarios, indicadores vanidosos. A estas alturas no me la voy a medir de esta manera.