Burocracia™

Y deberías temer al todopoderoso
porque él quiere vernos muertos a todos
el espacio es infinito y estamos solos
todo es inerte, solo estamos nosotros
luchando en contra de la naturaleza
porque solo existe vida en este planeta
el milagro es que crezcan flores en la Tierra
al final siempre recoges lo que siembras.

[Islamabad, Los Planetas]

No puede ser. He buscado la palabra «burocracia» en el blog pensando que aparecería doscientas veces por tratarse de una de mis obsesiones vitales y resulta que solo existe una coincidencia y se refiere a la burocracia peruana. No puede ser. Solo lo admitiría considerándolo paradigma de resignación.

Adán mordió la manzana y Dios le dio la burocracia.

Cuando despertó el burocratosaurus todavía estaba allí.

La belleza salvará al mundo, si y solo si no lo mata antes la burocracia.

Todos podríamos relatar con sudores fríos epopeyas míticas de nuestros laberintos burocráticos. El que necesitaba constituir una empresa para abrir una cuenta bancaria y el banco requería la constitución de la empresa para abrir dicha cuenta. Las autorizaciones que se demoran meses saltando de mesa en mesa de la administración. La infinita impotencia de Darín en Relatos Salvajes.

Mi depresión brota del dolor de conciencia por ser piedra del bloque jugando un papel dentro de ese sistema infernal, rellenando impresos y firmando documentos eternamente (firma electrónica tecleando una contraseña en el móvil varias veces al día). Alimento al monstruo que me mata. Entre los ratos de terapia psicológica con los vecinos y los ratos de burocracia se pasan los días. Desde que nace una idea hasta que se formaliza pasan dos semanas, pero desde entonces hasta que se superan los millones de obstáculos administrativos pasan dos años. En el mejor de los casos.

Día tras día intento buscar la justificación. Encontrar un asidero al que agarrar la necesidad de los papeles que nacen, crecen, se firman, se reproducen y desaparecen. Podría sospechar que la coherencia y responsabilidad de un mundo globalizado se sostiene en el papel y la firma, pero carezco de fe.

Dios mío, si nos diste la burocracia, al menos podrías habernos dado fe en su papel.

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