Perspectiva de un día nublado.
Éramos todos tan felices.
[El desencanto, Michi Panero]
Hace unos días, de camino a Cuenca, escuchaba una entrevista de radio de 1976 a la familia Panero acerca de la peli-documental «El desencanto»; en una declaración vital Leopoldo Panero hablaba de «la agonía de la vida cotidiana», el peso de cada uno de los momentos de un presente angustiado.
Hoy leo una entrevista también de radio y también de los 70 a un cura alemán que se llamaba Ratzinger y que en una larga disertación acerca de las minorías creativas hacía referencia a «la pasión cotidiana».
¿Lo cotidiano es, pues, una agonía o una pasión?
Cuando escucho la palabra -cotidiano- lo primero que pienso es en Chico Buarque y en, para mí, la siguiente obra maestra: https://www.youtube.com/watch?v=qcViKFPoPtE
Y en estos días tan singulares, echo tanto de menos lo que hasta hace diez días era cotidiano que, sin duda, mi voto va para pasión.