En aquel tiempo dijo Jesús: “¡Cuidado con los falsos profetas! Vienen a vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conoceréis, pues no se recogen uvas de los espinos ni higos de los cardos. Así, todo árbol bueno da buen fruto; pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar mal fruto, ni el árbol malo dar fruto bueno. Todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. De modo que por sus frutos los conoceréis”.
El ilustre villaescusero Gil Ramírez de Arellano quiso grabar para la posteridad su lema «Por sus frutos los conoceréis» de Mateo 7 en multitud de rincones de la Bella Excusa.